TRINIDAD, Sancti Spíritus.— Recostada a su mar imprescindible,
Casilda ha aprendido desde hace siglos a defenderse de piratas con
calavera y pata de palo, de vientos plataneros, tormentas y ciclones
disfrazados, de corsarios de nuevo tipo, terroristas y hasta de
demonios venidos de otras latitudes.
En esta última categoría el primer oficial de Guardafronteras
Antonio Valladares incluye los recalos de drogas arrastrados hasta
las costas cubanas, algunos de los cuales han asomado su oreja
peluda en los últimos tiempos por las arenas trinitarias.
Tras ser lanzados al mar por mercaderes inescrupulosos que
intentan trasladarlos hasta Norteamérica, principal mercado mundial
de estupefacientes, los paquetes envenenados se constituyen en una
suerte de amenaza moderna frente a la cual los habitantes de la
comunidad pesquera no tienen otra opción que mantenerse bien
despiertos las 24 horas.
El municipio trinitario, expuesto a este riesgo como el resto del
país, dispone de destacamentos voluntarios para vigilar su litoral
en Yaguarama, La Boca, San Pedro y Casilda, poblado este último
donde gracias al desempeño de su gente han sido interceptados
recalos de marihuana durante los últimos años.
Allí existe consenso en que tales hallazgos no hubieran podido
consumarse sin la mano de gente como Digna Guviel, una casildeña que
lleva casi medio siglo vinculada a la vida y milagro de la mayor
organización de masas del país.
En toda esta estrategia defensiva también son clave los 18
miembros del destacamento, quienes cuentan con embarcaciones propias
y combinan su actividad pesquera con la realización de patrullaje
naval, en una rutina capaz de hacernos recordar a aquel guerrero
mitológico de cien ojos que para descansar solo cerraba la mitad de
ellos.
El destacamento Mirando al mar tiene la misión originaria de
proteger la frontera del riesgo que implica la introducción de la
droga, pero en Casilda también es vigía del medio ambiente y el
tráfico de especies en veda, como la langosta, o las abundantes
reservas coralinas de la zona, todo lo cual convierte a la avanzada
cederista en una fuerza muy competente para la comunidad y la
Revolución.