Con los ojos de Casilda

Juan Antonio Borrego

TRINIDAD, Sancti Spíritus.— Recostada a su mar imprescindible, Casilda ha aprendido desde hace siglos a defenderse de piratas con calavera y pata de palo, de vientos plataneros, tormentas y ciclones disfrazados, de corsarios de nuevo tipo, terroristas y hasta de demonios venidos de otras latitudes.

En esta última categoría el primer oficial de Guardafronteras Antonio Valladares incluye los recalos de drogas arrastrados hasta las costas cubanas, algunos de los cuales han asomado su oreja peluda en los últimos tiempos por las arenas trinitarias.

Foto: Vicente BritoEl cuerpo de Guardafronteras sistemáticamente desarrolla actividades didácticas con los destacamentos Mirando al mar.

Tras ser lanzados al mar por mercaderes inescrupulosos que intentan trasladarlos hasta Norteamérica, principal mercado mundial de estupefacientes, los paquetes envenenados se constituyen en una suerte de amenaza moderna frente a la cual los habitantes de la comunidad pesquera no tienen otra opción que mantenerse bien despiertos las 24 horas.

El municipio trinitario, expuesto a este riesgo como el resto del país, dispone de destacamentos voluntarios para vigilar su litoral en Yaguarama, La Boca, San Pedro y Casilda, poblado este último donde gracias al desempeño de su gente han sido interceptados recalos de marihuana durante los últimos años.

Allí existe consenso en que tales hallazgos no hubieran podido consumarse sin la mano de gente como Digna Guviel, una casildeña que lleva casi medio siglo vinculada a la vida y milagro de la mayor organización de masas del país.

En toda esta estrategia defensiva también son clave los 18 miembros del destacamento, quienes cuentan con embarcaciones propias y combinan su actividad pesquera con la realización de patrullaje naval, en una rutina capaz de hacernos recordar a aquel guerrero mitológico de cien ojos que para descansar solo cerraba la mitad de ellos.

El destacamento Mirando al mar tiene la misión originaria de proteger la frontera del riesgo que implica la introducción de la droga, pero en Casilda también es vigía del medio ambiente y el tráfico de especies en veda, como la langosta, o las abundantes reservas coralinas de la zona, todo lo cual convierte a la avanzada cederista en una fuerza muy competente para la comunidad y la Revolución.

 

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