El fuerte impacto de la crisis mundial mella la economía de
Bosnia-Herzegovina, cuyo gobierno aprobó recortes en los beneficios
de los veteranos de guerra para evitar el colapso de la nación,
reporta Prensa Latina.
Según fuentes gubernamentales, el país destina el 40 por ciento
del presupuesto al pago de indemnizaciones, en especial a veteranos
y familiares de soldados fallecidos o discapacitados tras la guerra
de 1992-1995.
Justamente la reforma a este sistema de indemnizaciones fue la
condición impuesta por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional (FMI) para desbloquear sus préstamos, imprescindibles
para lograr la estabilidad financiera del país balcánico.
El FMI aprobó, en julio del pasado año, un plan de financiación
con pagos trimestrales por un total de mil 200 millones de euros, el
cual fue suspendido en espera de las reformas, precisó Milan Cuc,
representante de esta entidad financiera en Sarajevo.
Aseguró que "si la evaluación de las medidas es positiva, el pago
se reactivará a mediados del presente mes".
Analistas estiman que el recorte en los pagos a los veteranos de
guerra pudiera incidir en los resultados de las elecciones
presidenciales y legislativas, previstas para octubre próximo.
"Los partidos intentan tener buenas relaciones con los veteranos
por los votos que aportan y por su influencia en la sociedad. Son
percibidos como héroes y esto, en un contexto de política
nacionalista, tiene un papel importante", explica Adnan Hasanbegovic,
activista de la ONG Center for Nonviolent Action.
Por su parte, Xavier Bougarel, del Centre National de la
Recherche Scientifique de Francia, comenta que "no es la primera vez
que el FMI y el Banco Mundial piden reformas. Pasó ya en 2001 y
provocó tumultos sociales y la derrota de la coalición en el poder,
liderada por el Partido Socialdemócrata.
Datos estadísticos estiman que 500 mil, de los cuatro millones de
habitantes que posee la nación balcánica, son ex combatientes.