Varias
organizaciones, entre ellas el Observatorio Internacional de
Prisiones, destacan en recientes informes los problemas de
superpoblación, hacinamiento, promiscuidad, violencia, degradación
de las condiciones sanitarias y un aumento permanente de los
suicidios en cárceles europeas.
A guisa de comparación, se señala el caso de Francia, donde entre
el 1ro. de enero del 2010 y el 24 de febrero del 2010, hubo 22
suicidios en prisión, entre ellos el de un adolescente de 16 años.
En el 2009 hubo 122 suicidios en las cárceles francesas y 115 en el
2008.
En declaraciones hace un tiempo atrás, el médico psiquiatra
Bernardo Squiavetta, que trabaja en la cárcel de Villepinte,
comentó: "Hay suicidios debidos a enfermedades psicóticas que, por
lo general, no han sido detectadas como tales. Una vez pedí la
hospitalización de un preso en urgencia y lo rehusaron porque no
había lugar. Hay prisioneros que pasan muchos meses sin tener sus
gafas. El estado de los dientes de muchos prisioneros es deplorable.
Hay personas con sífilis, con parásitos intestinales, con sarna, con
piojos, y también los hay que llegan a la cárcel en estado psicótico
avanzado".
También durante un debate en el mes de febrero en el canal de
televisión france 24 se subrayaba la necesidad de buscar la
renovación y desmasificación de las cárceles como la solución
perfecta. En el programa se mencionó a España, donde las prisiones,
nuevas o viejas, están saturadas al 175%, según datos del sindicato
de funcionarios de prisiones. Una masificación que en teoría debería
conducir a un mayor nivel de presión y a una menor calidad de vida
entre los presos, pero se logró disminuir los suicidios de 41 en el
2004 a 20 en el 2009.
Otros casos que se distinguen son los de Italia. En la cárcel de
Padua, por ejemplo, según medios de prensa, en lo que va de año se
han suicidado 13 prisioneros. Sobre el decimotercer preso que se
suicida en la cárcel paduana desde principios de año, su abogado
declaró: "Padecía depresión desde hace tiempo. Ha sido una muerte
anunciada, no debía permanecer en la cárcel". Oriundo de la región
de Nápoles, llevaba varios años preso y la detención le había
afectado duramente: sufría serios quebrantos de salud a raíz de una
larga huelga de hambre. Ingresado varias veces en el hospital y en
el Centro Clínico Penitenciario, cada vez que volvía a la cárcel
reanudaba su protesta, quejándose de que las autoridades
penitenciarias no atendían sus demandas.
Por su parte, el grupo británico Prison Reform Trust denunció
recientemente que dos tercios de las prisiones en Inglaterra y Gales
están superpobladas y muchas de ellas albergan a cientos de presos
más de los que deberían. La directora de Prison Reform Trust, Juliet
Lyon, afirmó que el gobierno "no puede seguir siendo complaciente
por la superpoblación de cárceles" que agudiza los problemas.
En Europa, señalan diversas organizaciones humanitarias, junto a
las tendencias privatizadoras de las prisiones, los fenómenos de
hacinamiento por la superpoblación han obligado a buscar soluciones
emergentes, como es el alquiler de cárceles entre países, tal es el
caso de Bélgica y Holanda.