Al
impacto de la crisis global en América Latina, sus antecedentes,
consecuencias y perspectivas desde los diferentes enfoques de los
ponentes, se dedicó ayer una de las plenarias durante el tercer día
del XII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y
Problemas del Desarrollo.
Jorge Máttar, director adjunto de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL); Andy Wolfe, consejero del Fondo
Monetario Internacional (FMI); Gustavo Diego Borja, ministro de
Economía de la República del Ecuador y Pedro Francisco Páez, de la
Comisión Técnica del Banco del Sur, tuvieron a su cargo
presentaciones integrales y específicas sobre esos temas.
La jornada la completó un panel titulado América Latina
nuevamente al debate, en la que los reconocidos académicos Carlos
Quenan, de la Universidad de la Sorbona, Francia; Oneida Álvarez,
del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional, Cuba, y
Jaime Estay, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
México, complementaron la vasta información brindada, que, de
conjunto, suscitó un fructífero intercambio.
Más allá de los criterios divergentes en torno al momento actual
de la crisis, muchos de los datos y argumentos expuestos sobre la
situación económico-social de la región al cierre del 2009, aún en
pronósticos preliminares, dejan pocas dudas a los buenos
entendedores y a sus pueblos: caída del PIB regional en 1,7%, de la
inversión extranjera directa en 37%, de las remesas de emigrados
(elevado componente en el PIB de no pocos de sus países) entre un 10
y 15%, de las exportaciones en 24%, a lo que se suman el aumento de
la tasa de desempleo en alrededor del 8,3%, 9 millones más de pobres
y 5 millones de indigentes que elevan esas cifras de
latinoamericanos a 189 millones y 76 millones respectivamente.