Vladimir Moreno, director del Centro Nacional de Investigaciones
Sismológicas (CENAIS), con sede en la ciudad de Santiago de Cuba,
consideró este lunes que el sentido común de las personas es vital
ante la sacudida de los terremotos.
En una conferencia el experto enfatizó en aquellas reacciones
humanas que pueden contribuir a mitigar los daños derivados de esos
movimientos y aunque resulta difícil la serenidad y el aplomo en
esas circunstancias, esa es una de las pocas alternativas eficaces,
reporta Prensa Latina.
Insistió Moreno en la necesidad de reducir la vulnerabilidad
desde el punto de vista estructural, que incluye edificaciones y
puentes, entre otras obras, y la no estructural, referida a la
disposición de los objetos dentro de los recintos.
Las otras aristas en ese sentido, puntualizó, son la funcional,
relacionada con las redes hidrológicas, de energía y comunicaciones,
así como la social, referida a la densidad demográfica y la
capacitación de los ciudadanos acerca de los eventos telúricos.
El director del CENAIS comentó que está muy en boga en el mundo
la teoría del triángulo de la seguridad, en la cual se plantea que
el resguardo ofrecido por esa figura geométrica ante el desplome
constructivo provocado por un sismo, suele ser de una alta
efectividad.
Se refirió el científico a la preparación antes, durante y
después de la ocurrencia de un evento de esa naturaleza y a la
importancia del conocimiento del entorno donde viven o están las
personas, que pueden encontrar en la posición fetal la más adecuada
ante esos impactos.
Tres premisas básicas fueron expuestas por Moreno en cuanto a que
donde ocurre un temblor habrá otros, ante ese fenómeno no hay
alertas tempranas y aunque no hay pronósticos, sí hay monitoreos y
estimación de efectos.
Entre las acciones y precauciones que evidencian el sentido común
mencionó aproximarse a las paredes, colocarse bajo alquitrabes y
otros soportes más seguros, evitar escaleras y elevadores, salir a
espacios abiertos y evitar el pánico en la medida posible.
Ante la popular creencia de que algunos animales advierten con
anterioridad los sismos perceptibles, el especialista explicó que
eso es posible a partir de su capacidad para detectar ondas de baja
frecuencia y otros indicativos que los anuncian.