Se acabó. Al cruzar la última raya, desde el puesto 20 del pelotón y con el mismo tiempo que el vencedor, Arnold Alcolea se coronó por segunda vez rey de las Vueltas a Cuba. Y el dato no deja de ser esclarecedor.

El santiaguero volvió a señorear el bojeo a la Isla en bicicleta.

Desde que Pipián repitió triunfo en 1969, solo dos absolutistas como Eduardo Alonso (1986-90) y Pedro Pablo Pérez (2000-01) habían logrado reeditar su dominio sin intermitencias. Alcolea lo consiguió ahora y lo hizo sin ganar una sola etapa, tal y como acometiera en tres oportunidades Aldo "El Búfalo" Arencibia (1972, 76, 80).

Tampoco es que debiera dominar segmentos un campeón que apenas alberga dos triunfos parciales desde su debut en el 2002, pues no le hace falta. Para detallar el éxito del santiaguero conviene fijarse mejor en las dotes que combina: la explosividad y el temple de un contrarrelojista notable con la perseverancia y el tino de un escalador excelente. Que así lo demostró nuevamente en la crono de Morón y en el ascenso a Topes de Collante, donde volvió a fulminar de una vez y por todas la Vuelta.

El resto de la historia, ya lo saben, contó con el protagonismo de los pedalistas extranjeros que realzaron el nivel de la carrera y el mérito de su victoria, al haber igualado el récord de tramos conquistados (12) que databa de la XXIII edición (1989). Y ello, con especial destaque para los canadienses que un año después se agenciaron otra vez seis segmentos, como consignó en el podio final Martín Gilbert.

Tal desempeño solo alcanzaron a matizarlo el tunero Yans Carlos Arias y el matancero Joel Mariño, quien lastimosamente sufrió una caída a dos kilómetros de la meta y no pudo retener el maillot rojo de la regularidad ante la vertiginosa impronta del venezolano Wilmen Bravo, vencedor por un ínfimo y formidable punto.

De modo que la formación sudamericana se agenció tres lideratos, gracias a los dos que también recabó el subcampeón del Táchira y a la postre de esta Vuelta, José Alarcón, en las categorías de montaña y mejor sub 23; en tanto que la principal escuadra cubana superó a su similar de Colombia en la clasificación por equipos, con un margen de 4:54 minutos. Y así quedaron las cosas, luego de completar los 1 791 kilómetros del recorrido 105 de los 133 pedalistas que tomaron la largada en Baracoa. Todos ellos héroes de un espectáculo que, amén de dificultades y sobresaltos, pervivirá para siempre como una gran fiesta en la historia.