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Recuperación sobre rieles
Freddy Pérez Cabrera
PLACETAS.— La rehabilitación del ferrocarril cubano pasa
inevitablemente, entre otros caminos, por el de la Fábrica de Soldar
Carriles Tony Santiago, (SOLCAR), única de su tipo en el país capaz
de diagnosticar y eliminar la mayoría de los desperfectos que
presentan las vías principales y secundarias por las cuales
transitan nuestros trenes.
Cuatro
de las brigadas laboran directamente en la vía.
Fundada el 3 de febrero de 1985, la entidad villaclareña se
encarga de realizar los ultrasonidos a todos los viales existentes
en la Isla, a fin de detectar desperfectos que pueden poner en
peligro la circulación y son posibles de solucionar in situ, a
través de la soldadura eléctrica o luminotérmica; o en caso de ser
necesario, del traslado del rail a la planta para corregir cualquier
deterioro.
También confeccionan estructuras metálicas con el objetivo de
reforzar los puentes, así como los llamados largueros, empleados en
mejorar las conexiones en las vías secundarias.
El
ingenio de los trabajadores de SOLCAR ha permitido mantener en
funcionamiento a buena parte de las vías del país.
Actualmente cuentan con siete brigadas, de las cuales cuatro
laboran directamente en la vía, dos se encargan de los diagnósticos
y otra realiza las soldaduras, además de los técnicos y obreros que
trabajan en la fábrica, más un grupo encomendado al acople de los
carriles a las traviesas de hormigón, según expresa Lino César
Fernández García, director de la Unidad Empresarial de Base de
Producción.
Aquí no solo reparamos, explica el directivo, pues cuando el
carril es nuevo también podemos confeccionar vías completas de 1,8
kilómetros de longitud, en bandas de 300 metros o 320 metros, las
cuales se llevan en un tren, habilitado con grúas especiales, hasta
el lugar indicado.
La
recuperación de viejos carriles contribuye a paliar la mala
situación de algunos tramos.
Ante la carencia de raíles, los cuales hay que importar desde
países muy distantes, limitando la capacidad de la industria, esta
no se ha detenido. En estos momentos trabaja con los recuperados en
empresas azucareras y otros lugares donde ya no tienen uso, asegura
Fernández.
Para el segundo trimestre del año está previsto el arribo de un
cargamento procedente de Rusia, lo que nos permitirá impulsar la
reanimación del ferrocarril, explica el jefe de producción de SOLCAR,
quien expresó que con la llegada de ese rubro podrán avanzar mucho
más que los 5,6 kilómetros recuperados el pasado año, una cifra
insuficiente atendiendo a la magnitud del deterioro existente.
No obstante, a pesar de las dificultades, la Fábrica de Soldar
Carriles de Placetas no ceja en el empeño recuperativo. Al momento
de redactar este trabajo un tren se encaminaba con 1,4 kilómetros de
carril recuperado hacia una vía principal de Pinar del Río, mientras
una brigada laboraba en Nicaro, Holguín, en el mejoramiento del
ferrocarril industrial por donde transita el níquel. Otras
diagnosticaban y soldaban rieles en Camagüey, Cienfuegos, Sancti
Spíritus y Santa Clara, en coordinación con el Centro de
Infraestructura y Desarrollo Ferroviario, rector de esta actividad
en el país.
SOLCAR SE MODERNIZA DE CARA A LA RECUPERACIÓN
Los viejos aparatos de tecnología soviética que databan de los
años ochenta van quedando atrás en la fábrica Tony Santiago. Ahora
modernas máquinas iluminan la planta y hacen más eficiente el
proceso productivo.
Julio Castillo es el ajustador reparador de la nueva técnica de
soldar, marca MCP 6301 A, entre las mejores del mundo, la cual
realiza todas sus funciones de manera computarizada, minimizando
cualquier posibilidad de error humano.
Esto es una maravilla; la soldadura, que antes duraba tres
minutos, ahora se realiza en 70 segundos, y con una calidad
superior. Tras programarse la computadora, quedan registrados todos
los parámetros en cuanto a voltaje, presión y corriente de recargue,
que es la magnitud con la cual un riel se introduce dentro del otro,
y así lograr la unión por el método fusión presión, explica Julio.
Este es un proceso en el cual trabajan muchos compañeros. Unos
diagnostican el carril para ver el grado de desgaste, si tiene
grietas profundas o necesita ser pulido, entre otras anomalías.
Luego de ser clasificado se determina la posibilidad de soldarlo
antes de volver a la vida útil, o desviarlo a otros fines como
largueros metálicos, argumenta el especialista.
José Antonio Mirabal, jefe del grupo de producción industrial,
manifiesta que el colectivo está ansioso por que llegue la materia
prima y poder echar a andar la fábrica a plena capacidad, lo cual
ayudaría a sustituir importaciones, pues por cada soldadura
realizada se ahorra un par de mordazas, cada una de las cuales lleva
seis tornillos con sus tuercas y arandelas, elementos que cuestan
divisas al país. Asimismo, al alargar la vida útil a cientos de
carriles, se economizan recursos.
ARMADORES DE VÍAS
Parte importante de la planta de soldar carriles es el taller de
ensamblaje, donde ocho trabajadores se baten a diario bajo el sol
con el propósito de fijar los carriles, nuevos o recuperados, a las
traviesas con los cuales resultan subsanados los tramos más
peligrosos, detectados antes por otras brigadas.
El pasado año armamos cerca de 300 campos, pocos para los que
podemos hacer, significa Clemente Javier Yera, al frente del
colectivo, quien asegura que tecnicamente están capacitados para
aparejar hasta dos kilómetros cada mes. Omar Concepción, un operario
de más de 25 años en el sector, explica que, de llegar los carrilles
y las fijaciones, el colectivo está en condiciones de producir 50 ó
60 campos diarios y rescatar el atraso existente, tal como lo
demanda el Ministerio del Transporte, un criterio compartido por los
250 trabajadores de SOLCAR. |
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