Aunque la promesa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
fue el cambio, quienes votaron por él en las presidenciales de 2008
este viernes perciben cierta frustración, reporta Prensa Latina.
Las continuas encuestas de opinión indican que la popularidad de
Obama desciende, mientras las expectativas sobre su administración
bajan.
Según un sondeo publicado ayer, más del 67 por ciento de los
consultados expresaron preocupación o enojo por la manera como el
gabinete demócrata funciona, y de acuerdo con la ABC News esos son
los peores números desde 1996.
Un artículo que aparece en The Washington Post revela que la
crisis que afecta al país ha provocado además modificaciones en la
vida familiar de los estadounidenses.
Antes los hombres eran el principal sostén de los hogares, pero
hoy se han invertido los números porque son ellos los que más pasan
a engrosar la lista de desocupados, por tanto las mujeres se alzan
con el lugar preponderante.
Se habla incluso de que tres cuartas partes de todas las pérdidas
de puestos tienen una brecha de género, al punto que ha llevado a
algunos observadores a pensar que en la situación actual se ha
producido una mancession, añade el rotativo.
Se estima que la tasa de desempleo es de 10 por ciento entre los
hombres y 7,9 por ciento para las féminas.
En 2008 las esposas que laboraban contribuyeron con el 45 por
ciento de los ingresos en los hogares estadounidenses, dijo Kristin
Smith, un demógrafo de la Universidad de New Hampshire, citado por
el Post.
El alto desempleo es uno de los problemas internos con los cuales
lidia Obama.
Pese a la iniciativa de un proyecto de ley para tratar de
reactivar el mercado laboral que debe votarse próximamente en el
Capitolio, las estadísticas de desempleo se mantendrán en rojo
durante el 2010.
Así lo reveló un reporte económico anual de la Casa Blanca,
divulgado el jueves, el cual afirma que la tasa de desocupación
rondará el 10 por ciento.
Durante su discurso sobre el Estado de la Unión, el jefe de la
Oficina Oval hizo un giro al decir que es el desempleo el punto
prioritario de su agenda y no la reforma sanitaria, como había
planteado hasta entonces.
Desde diciembre de 2007, el número de personas sin trabajo
aumentó en 7,6 millones hasta llegar a casi 16 millones a finales
del pasado año.
Pero a pesar de las proyecciones sombrías, la Casa Blanca dijo
que sus esfuerzos, sobre todo con la inyección del plan de estímulo,
han ayudado a rescatar una economía en caída libre.