LONDRES, 11 de febrero.— Binyam Mohamed fue torturado por agentes
norteamericanos en el año 2002 y el MI5 británico fue cómplice de
los interrogatorios.
Londres ha intentado durante mucho tiempo impedir que las pruebas
de ese caso salieran a la luz y ahora vio coronados sus esfuerzos
con un rotundo fracaso.
Un tribunal de apelación confirmó que el Gobierno estaba obligado
a desclasificar siete párrafos de un informe de los servicios de
inteligencia, que plasmaba esa complicidad.
El último párrafo era especialmente revelador: "Si el tratamiento
hubiera sido administrado en nombre del Reino Unido, habría violado
claramente los compromisos asumidos en 1972. Aunque no es necesario
que describamos en detalle el tratamiento, se podría describir al
menos como un tratamiento cruel, inhumano y degradante por parte de
las autoridades de EE.UU.".
El compromiso de 1972 se refiere a la decisión del Gobierno
británico de prohibir en los interrogatorios policiales el uso de
cinco técnicas, entre las que se encuentran la privación del sueño y
de comida.
En el 2002, Binyam Mohamed, nacido en Etiopía, fue detenido en
Paquistán y entregado a la CIA, que le acusó de luchar en el bando
de los talibanes y colaborar con Al Qaeda. Tras pasar varios años en
Guantánamo, fue puesto en libertad sin cargos.