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Saber más de donaciones de sangre
CLAUDIA MENA, estudiante
de Periodismo y
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
La imagen humillante de cubanos que vagaban sin esperanza en la
búsqueda de empleo y se veían obligados a vender su sangre, es una
visión borrada por la obra social de la Revolución, transformada en
un empeño masivo de alta sensibilidad humana, despojado de intereses
mercantiles.
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Es
imprescindible la sistematicidad en la asistencia a los
bancos de sangre, de acuerdo con la planificación
establecida para cada territorio.
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Las donaciones voluntarias impulsadas por los CDR, en estrecha
unión con el Ministerio de Salud Pública, permitieron a Cuba
eliminar importaciones de sangre y sus derivados desde 1984, lo que
comporta aún no pocos problemas sanitarios a muchos países
requeridos de esas compras, por la creciente presencia de
enfermedades trasmitidas por esta vía, como el Virus de
Inmunodeficiencia Humana causante del sida, las hepatitis B y C,
entre otras.
Gracias al generoso aporte de los cederistas, y las avanzadas
tecnologías introducidas para las pruebas de laboratorio en el
procesamiento de la sangre, los pacientes en nuestro país requeridos
de hemoderivados reciben los tratamientos con gran seguridad para su
salud.
EN EL BANCO DE CIUDAD DE LA HABANA
Más del 80% de las donaciones de la capital del país se procesan
en el Banco Provincial de Sangre de Ciudad de La Habana, que con sus
más de dos millones de habitantes y una amplia red asistencial
demanda, para dar respuesta a las vitales necesidades de
hemoderivados, no menos de 400 donantes cada día, que
mayoritariamente son movilizados por los CDR.
En
el Banco Provincial de Sangre de Ciudad de La Habana se les realizan
pruebas de Biología Molecular al ciento por ciento de las donaciones
para la detección de enfermedades infecto-contagiosas, lo que reduce
a cero la posibilidad de trasmisión a través de los hemoderivados.
El costo de estos despistajes asciende anualmente a 1 200 000 pesos
en moneda libremente convertible.
Los restantes voluntarios proceden, en el momento actual, de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias, de llamados sindicales y
organizaciones juveniles, de la solidaridad familiar por ingresos
para cirugía electiva, y de Bancos de Matanzas, Cienfuegos, y otras
provincias, que cuando se les solicita aportan fundamentalmente
componentes de la sangre de sus donaciones para la asistencia médica
directa en hospitales de Ciudad de La Habana.
¿Cuál es el comportamiento actual en la capital?, preguntamos al
doctor René Ortega González, especialista en Hematología,
subdirector Técnico de la institución. "Es muy favorable —dijo. Lo
fue en el 2009 y también durante este enero que acaba de terminar".
Sin embargo, indicó, el pasado mes de diciembre a fin de
incrementar las reservas de hemoderivados en la capital (para una
mayor seguridad de la población ante cualquier contingencia), nos
vimos en la necesidad de traer sangre procedente de los bancos de
las provincias vecinas.
Estas situaciones se originan cuando se producen "baches" en la
sistematicidad de la concurrencia planificada de los donantes al
Banco. Ello interfiere en el flujo normal de sangre a los centros
asistenciales y a la industria farmacéutica para el procesamiento de
los hemoderivados.
Para esclarecer aún más lo afirmado, el doctor Ortega explica que
mientras el plasma fresco congelado, que se administra a pacientes
con deficiencia de los factores de coagulación, tiene una vida útil
de un año, los glóbulos rojos, para el tratamiento de las anemias,
alcanzan una duración de 30 días; y los concentrados de plaqueta
(empleados en síntomas hemorrágicos graves) solo cinco días.
De lo anterior se deduce un hecho esencial a tener en cuenta en
esta generosa tarea de los cederistas: la imprescindible
sistematicidad en la asistencia a los bancos de sangre, de acuerdo
con la planificación establecida para cada territorio.
DONANTES Y DONACIONES
Son miles las personas que requieren este vital líquido como
consecuencia de accidentes, cirugías, violencias, complicaciones del
parto, deficiencia de plaquetas, hemofilia, leucemia, cáncer.
Algunos mitos y creencias erróneas a veces arraigadas en la
población, impiden a muchas personas contribuir con este noble deber
social. Por ello, debemos conocer que las donaciones ni debilitan ni
causan daño, ni son un procedimiento doloroso, ni a través de ellas
se adquieren enfermedades. Tampoco nos hacen engordar, ni
"dependientes" cuando donamos de forma habitual.
Pueden ser donantes las mujeres de 18 a 60 años y los hombres
hasta los 65, que presenten un buen estado de salud y tengan un peso
corporal no menor de 110 libras (50 kilos). Están contraindicadas en
personas con enfermedades del corazón, del sistema nervioso central,
hematológicas malignas, infecciosas como el VIH-sida; con hepatitis
B y C, afección renal crónica, diabetes, vitiligo.
Entre una donación y otra debe transcurrir un periodo no menor de
tres meses para los hombres y de cuatro para las mujeres.
Es "ciencia constituida", asegura el doctor Ortega, que las
donaciones sistemáticas de sangre previenen la ocurrencia de los
infartos del miocardio, y ayudan al sistema inmunológico a renovar
los componentes envejecidos de la sangre.
| El empleo de la sangre
como componente terapéutico se reportaba ya en las
civilizaciones egipcias, aunque no fue hasta comienzos del
pasado siglo cuando el patólogo e inmunólogo de origen
austríaco, Karl Landsteiner (1868-1943), realiza el
descubrimiento y hace la clasificación de los grupos
sanguíneos humanos (conocidos como sistema ABO), que produjo
una verdadera revolución en la Medicina al convertir las
transfusiones en un proceso exento prácticamente de
peligros. Por estos hallazgos fue galardonado, en 1930, con
el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. En la segunda
mitad del siglo XX la terapia con componentes de sangre
produjo también un decisivo avance del sistema de los bancos
de sangre, pues fue posible adecuar sus componentes
individuales a las necesidades de los pacientes.
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