La Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción 
			de Cuba (UNAICC), expresó la disposición de sus afiliados de 
			contribuir a la restauración de los daños materiales que dejó el 
			sismo del 12 de enero pasado en Haití.
			Manifestamos nuestra total determinación de incorporarnos a 
			trabajar en la recuperación y reconstrucción de Haití, afirma una 
			nota de prensa de esa organización profesional, con cerca de 18 mil 
			afiliados en la Isla.
			Añade que sus miembros se ponen a disposición del Gobierno cubano 
			para de forma organizada y efectiva dar nuestro aporte profesional y 
			humanitario, en tareas tales como asesoramiento, evaluación y 
			alcance de las pérdidas.
			También ellos pueden ayudar en la elaboración de proyectos, 
			trabajos de recuperación o construcción de los sistemas e 
			instalaciones ingenieras, edificaciones y viviendas, o cualquiera 
			otra misión donde puedan brindar conocimientos y experiencias.
			Apoyamos la presencia en Haití de numerosos médicos y paramédicos 
			cubanos, como la primera respuesta necesaria de cooperación con los 
			hermanos haitianos, consecuente con nuestros principios de 
			solidaridad, señala el comunicado de la UNAICC, al coincidir con el 
			gobierno de esa Isla sobre el imperativo de pasar a la 
			reconstrucción.
			El arquitecto Leslie Voltaire, asesor para el diseño urbanístico 
			del presidente René Preval, aclaró que, aunque el país está en fase 
			de emergencia, este trance tenemos que verlo como una oportunidad 
			para reconstruir el Estado haitiano, un buen momento para rehacer 
			físicamente el país.
			Puerto Príncipe está ubicada sobre una falla geológica y son tres 
			los temblores que han destruido Haití: uno en 1771, otro en 1842, y 
			el del 12 de enero último, que debió ocurrir hace 50 años, según 
			investigadores.
			Ante ese peligro debiéramos ser más conscientes a la hora de 
			construir. Existen medidas que han de cumplirse, pero como la 
			mayoría de este país es pobre, no puede acceder a la tecnología 
			antisísmica, en extremo cara, sostuvo Voltaire.