La eliminación en 
			Costa Rica de la llamada Ley Seca para las elecciones y días 
			previos, suscita preocupación entre las fuerzas encargadas de 
			mantener el orden en las calles, que miran con cautela la medida.
			Por primera vez en 60 años los brindis en lugares públicos por el 
			triunfo o las bebidas para digerir la derrota electoral, no serán 
			sancionados, según el nuevo y polémico Código Electoral 
			costarricense.
			Sin embargo, los policías manifestaron preocupación ante la 
			posibilidad de que el licor se convierta en catalizador de reyertas 
			políticas.
			Vamos a probar si realmente no habrá conflictos ni riñas, expresó 
			al respecto el director de la Fuerza Pública, Erick Lacayo.
			De igual modo, informó que para prevenir y atender cualquier 
			queja el 7 de febrero, fecha de los comicios, estarán trabajando los 
			casi 12 mil 200 policías de la Fuerza Pública.
			El sábado 6 de febrero ya empezamos a cubrir algunos lugares 
			estratégicos que permiten el trasiego de información. También 
			estamos brindando recursos a los observadores internacionales y 
			nacionales, explicó.
			De acuerdo con Lacayo, la policía también colaborará en el 
			cumplimiento de otras normas del nuevo Código Electoral, en caso de 
			que se reporten anomalías en las juntas receptoras de votos.
			Unos 2,8 millones de electores podrán elegir el próximo domingo a 
			un nuevo presidente, dos vicepresidentes, 57 diputados a la Asamblea 
			Legislativa y autoridades de 81 gobiernos locales.
			Las votaciones se iniciarán a las 06:00 horas (local, 12:00 GMT) 
			del domingo y los centros electorales cerrarán a las 18:00 horas. 
			Dos horas y media después se darán a conocer las primeras cifras del 
			conteo de votos, según lo previsto.