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			Una recomendación de Estados Unidos para abstenerse de visitar la 
			región turística peruana de Cusco, agrava el daño causado a ese 
			territorio por lluvias e inundaciones, advirtió hoy el presidente 
			regional (gobernador), Hugo Gonzáles.
			El gobernador de Cusco -cuya capital se ubica a mil 165 
			kilómetros al sur este de aquí- dijo tener información de que el 
			gobierno norteamericano recomienda a sus ciudadanos abstenerse de 
			visitar la región por la emergencia que vive.
			Añadió que la alarmista orientación va a originar un desplome de 
			las actividades turísticas en la región y miles de cusqueños 
			quedarán sin trabajo.
			Precisó que si bien el acceso a las ruinas de Machu Picchu ha 
			sido cerrado por 60 días, la ciudad de Cusco, antigua capital del 
			Imperio de los Incas, y otros puntos de la región tienen grandes 
			atractivos que pueden visitarse sin inconvenientes.
			Por su parte, el viceministro de Turismo, Martín Pérez, anunció 
			una campaña internacional para promover las visitas a Machu Picchu 
			-cuyo cierre causa pérdidas al turismo por un millón de dólares 
			diarios- y confirmó la decisión de reparar el tren de acceso al 
			santuario inca.
			El gobierno considera además construir una carretera de Cusco a 
			Machu Picchu para no depender sólo del tren, operado por 
			concesionarios extranjeros.
			La vía férrea fue interrumpida por las inundaciones, que 
			arrastraron su base en varios tramos y dejaron los rieles 
			literalmente en el aire.
			Unos cuatro mil turistas atrapados en Aguas Calientes, pueblo de 
			acceso a las ruinas, fueron evacuados en helicópteros durante cuatro 
			días al Cusco.
			Los visitantes denunciaron la ausencia de autoridades 
			responsables en Aguas Calientes durante la crisis, así como cobros 
			ilegales para los traslados, que el gobierno ha prometido 
			investigar. De otro lado, el analista Eduardo Toche criticó al 
			gobierno por su deficiente actuación frente a los desastres 
			naturales en Cusco, donde unas siete mil familias perdieron sus 
			viviendas y las aguas destruyeron vastas zonas de cultivo, tramos 
			carreteros y puentes.
			El desastre se extiende a otras seis regiones andinas en las que, 
			según cifras oficiales, las inundaciones y avalanchas han causado 20 
			muertos y cinco desaparecidos, además de decenas de miles de 
			damnificados y grandes daños materiales.
			Según Toche, el gobierno se ha preocupado por recuperar la 
			infraestructura turística de Cusco y ha dejado en un segundo plano a 
			la población afectada, además de incurrir en imprevisión, al carecer 
			de planes de emergencia ante las calamidades, que afectan en mayor 
			medida a los pobres.
			Ante las críticas, el viceministro Pérez sostuvo que hay casos de 
			aprovechamiento de la catástrofe con fines políticos y electorales.