Muchos de estos artículos había que comprarlos en el exterior y
costaban millones, en divisas. Ahora no; y una parte significativa
de semejante logro corresponde al esfuerzo de los trabajadores de
esta fábrica para aumentar los surtidos y mejorar, además, su
calidad.
Ya no es aquel enclave que producía cepillos de cerdas naturales,
pues luego de un renovado proceso inversionista cambió de fisonomía
y se incorpora con fuerza al movimiento de sustitución de
importaciones, aportando producciones certificadas por las normas
internacionales de calidad. La fábrica Juan Antonio Márquez está
imbuida también en el proceso de perfeccionamiento empresarial desde
el 2001.
La ingeniera química Lisbeth Cordero Vega, explica que lo foráneo
irá desapareciendo en la misma medida en que su fábrica continúe con
el aumento de las diversas producciones —muy próxima a lograrlo en
algunos renglones— y satisfaga las necesidades de la población.
La especialista de Calidad comenta que en la búsqueda de
requisitos para posibilitarlo, ella y su grupo son sumamente
cuidadosos. Incluso llegan al detalle de contar los filamentos por
orificio. Y ejemplifica: "Las escobas deben tener entre ¡21 y 24!
"pelitos" en cada hueco; los cepillos entre ¡20 y 23!".
Para Geanny Bellos Campo, director general de la empresa, lo
fundamental es aprovechar al máximo la capacidad instalada, en tanto
el Estado ha hecho grandes esfuerzos para desarrollar las
inversiones. "El pasado año ampliamos la capacidad en la línea de
escobas y cepillos comerciales. En el caso de la primera podemos
producir unos cinco millones, cifra cercana a la demanda del país.
Para el presente año pensamos montar la de cepillos dentales, con lo
cual la capacidad se elevaría a 12 millones.
"No descartamos que, de continuar con los planes de desarrollo,
podamos incrementar el volumen de producción hasta unos 30 millones,
cifra de la demanda total según estudios del Ministerio de Salud
Pública.
"También entró en explotación una línea de vasos desechables tipo
cristal —que ya utiliza Cubana de Aviación—, fabricados con la
moderna tecnología de inyección asistida por gases, algo inédito en
Cuba.
"La otra inversión consiste en el incremento de las capacidades
productivas para cubos plásticos a 750 000 unidades al año y la
introducción de dos nuevos modelos a tono con las tendencias del
mercado mundial. Con ello pensamos acercarnos también a la demanda
actual. Ahora nos dedicamos a crear nuevos modelos de cubos y
cepillos dentales para niños y adultos".
Y es que, aun cuando en un principio los cepillos eran patrimonio
exclusivo de las tiendas recaudadoras de divisas, hoy la población
puede adquirirlos en moneda nacional en establecimientos del
Ministerio de Comercio Interior.
La estrategia va más allá y se abre paso la producción de una
amplia gama de surtidos de Suchel-Cepil (nombre comercial) que
incluye además percheros, peines, cestas, recogedores, orinales,
entre otros.
Solo en el sector de la Salud, por ejemplo, vendieron cepillos de
lavar, trapeadores, escobas y cubos, para sustituir importaciones
por un valor superior a los 200 000 pesos en divisa.
Con ese empeño totalizaron más de un millón de pesos durante el
pasado año.
Así, poco a poco, comienzan a imponerse soluciones nacionales en
diversos sectores productivos cuando de "traer de afuera" se trata.