En una moción presentada el jueves ante el tribunal federal de El
Paso, donde lo procesan por perjurio y no por asesinato, Luis Posada
Carriles ofrece la curiosa defensa de que debido a sus largos años
de trabajo con la CIA estaba "confundido, equivocado y sufría de
falta de memoria", cuando fue interrogado por los oficiales de
Inmigración poco después de haber ingresado ilegalmente a los
Estados Unidos en marzo de 2005.
Posada alega que durante su trayectoria de empleo con la CIA, usó
varias falsas identidades y pasaportes para facilitar su trabajo
clandestino contra Cuba, Venezuela y otros países en América Latina.
Tantas mentiras lo confunden ahora, argumenta su equipo legal en el
documento de 14 páginas presentado a la jueza Kathleen Cardone.
La fiscalía quiere excluir del juicio toda la evidencia de la
relación de Posada Carriles, argumentando que no es relevante y que
es confidencial. Washington sabe que Posada tiene mucho que contar y
está tratando de limitar el testimonio y la evidencia lo más posible
para que no salgan a relucir los crímenes cometidos por Posada
Carriles a través de décadas de trabajo para la CIA.
Existen, por ejemplo, cables desclasificados de la CIA y
confesiones de los autores materiales del delito que establecen que
Posada es el autor intelectual de la voladura de un avión civil de
Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, donde murieron 73
personas.
Venezuela presentó una solicitud para su extradición en junio de
2005, y esta sigue pendiente sin que la Casa Blanca la atienda.
Posada le confesó a The New York Times en 1998, haber orquestado una
campaña terrorista contra los hoteles y restaurantes en La Habana
que causó la muerte a sangre fría de Fabio Di Celmo, en el Hotel
Copacabana, más varios heridos.
En documentos anteriores, Posada alegó que todo lo que hizo en
América Latina lo hizo "a nombre de Washington". Quiere que el
jurado que escuchará la evidencia el 1ro. de marzo, y que tiene la
tarea de decidir si es culpable de perjurio, conozca su estrecha
relación con la agencia de inteligencia de los Estados Unidos.
También sabe que mientras más amenaza con contar de su relación con
la CIA, más tiemblan los que esconden los esqueletos en Washington.
Para lograr convencer a la jueza Cardone de que su relación con
la CIA es relevante al proceso en el cual lo acusan de ser
mentiroso, la defensa de Posada Carriles es que la CIA lo enseñó a
mentir.
(Tomado de CubaDebate)