Una renovada antigüedad

La imprenta se introdujo en Cuba en 1722, un año antes de lo que hasta ahora se tenía por cierto

AMBROSIO FORNET

La noticia ya venía dando vueltas por los recintos académicos, pero es ahora cuando el investigador y novelista belga Huib Billiet Adriaansen —conocido entre nuestros bibliófilos por el estudio que hizo sobre su compatriota, Carlos Habré–, la confirma y suministra los detalles del hallazgo. La imprenta no se introdujo en Cuba en 1723, como creíamos, sino un año antes. El protagonista de esta historia es el mismo Habré, pero los demás datos cambian. Ya la primera obra impresa en Cuba no es la Tarifa general de precios de medicinas, sino un libro de oraciones, Novena en devoción y gloria de N.P. San Agustín; el primer patrocinador editorial no es el Protomedicato de La Habana, sino el obispo Jerónimo Valdés; y el taller de Habré donde se hizo la impresión, en 1722, estaba en la calle San Agustín (hoy Amargura) y no cerca de la iglesia del Espíritu Santo, donde estaría después.

La Tarifa había sido descubierta en 1910 por Manuel Pérez Beato, quien la dio a conocer como la obra inaugural de nuestra bibliografía: "Debe ser considerada como la edición príncipe de la tipografía cubana —indicó—, mientras no se evidencie la existencia de otra anterior". Ahora, un siglo después, la Novena le arrebata inesperadamente la primacía a la Tarifa, y lo hace gracias a la confluencia de dos mundos separados entre sí por trescientos años: el de nuestras imprentas antiguas y el de la tecnología moderna. En efecto, según cuenta Billiet, las cosas ocurrieron así: Ken Ward —curador de la Biblioteca Latinoamericana de la Universidad de Brown, en el estado norteamericano de Rhode Island— buscaba hace poco en Internet información sobre Francisco José de Paul —el segundo impresor de Cuba— y de pronto se encontró con Habré y su Novena en los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de Madrid. Es decir, no la andaba buscando, pero se movía en el espacio virtual donde tarde o temprano tendría que encontrarla.

Billiet ha escrito un artículo, inédito todavía, en el que da cuenta del hallazgo. Hace dos años publicó en Opus Habana un enjundioso estudio sobre la obra de Habré. Además, es autor de una novela para jóvenes —Aventuras de un tipógrafo flamenco en La Habana— que una de nuestras editoriales se propone publicar este año.

 

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