Recién
finalizó su cuarta visita a la Isla. Esta vez el motivo fue la
apertura oficial de la embajada de su país en La Habana. Intenso fue
el programa de actividades que debió cumplir. Por ello, Granma
agradeció a la canciller de la República de Suriname, Lygia
Kraag-Keteldijk, el espacio que dedicó a este diálogo.
Desde su llegada a Cuba, y en su primera jornada de trabajo,
expresó la solidaridad de su Gobierno hacia la hermana República de
Haití, devastada por el fuerte terremoto del día 12. Su país se sumó
al concierto de naciones que manifestaron su voluntad de ayudar y de
hacerle llegar a ese angustiado pueblo, a través de la Comunidad del
Caribe (CARICOM), su colaboración.
Diversos fueron los temas que abordó la Canciller en nuestra
entrevista, entre ellos los motivos que impulsaron a su Estado a
abrir oficialmente una embajada en Cuba. Primero —según explicó—,
"la excelente relación bilateral que nos une", y es que los vínculos
diplomáticos entre ambas naciones, establecidos el 23 de marzo de
1979, siempre se han caracterizado "por la solidaridad, el respeto
mutuo y la cooperación", esta última amplia y profunda en diversas
esferas, lo cual ha "contribuido significativamente a impulsar el
desarrollo nacional".
Para nosotros —añadió— la aplicación del principio de
reciprocidad fue un elemento adicional. Cuba había reabierto, en el
año 2006, su sede diplomática en mi país. Entonces, correspondía
ahora a mi Gobierno la decisión de también establecer su embajada
aquí. Además, para Suriname ese paso permitía, a su vez, cumplir el
objetivo de implementar "nuestra política de dar prioridad a la
integración y la cooperación en la región".
Igual importancia conceden a la consolidación de la colaboración
bilateral con Cuba. En ese sentido, enfatizó: "Valoramos mucho la
estrecha cooperación existente", hecho que ejemplificó con la
reactivación de la Comisión Mixta Suriname-Cuba en el 2006, lo cual
ha contribuido a la elaboración de programas de colaboración en
varias áreas. A raíz de esto, dijo, "hay un intercambio creciente de
conocimientos y experiencias".
Y aunque no precisó las esferas hacia las cuales podría dirigirse
la ampliación de esos vínculos, sí ratificó la voluntad de su
Gobierno de "explorar nuevas posibilidades de cooperación, teniendo
en cuenta las potencialidades de ambos países".
Kraag-Keteldijk reconoció lo mucho que puede aportar Cuba, a
pesar de los múltiples obstáculos que le ha impuesto el bloqueo de
EE.UU., política que su país ha condenado históricamente en diversos
foros regionales e internacionales.
Al despedirse, y consciente de lo que ha significado la
contribución de la Isla al bienestar de otros países en desarrollo,
la Canciller deseó "al Gobierno y al pueblo cubanos muchos éxitos en
sus esfuerzos para impulsar el progreso en este nuevo año".