Considerar a Cuba como un país terrorista, es una de las mayores
burlas del Gobierno norteamericano, declaró Percy Alvarado, ex
agente de la Seguridad del Estado cubana, que contribuyó a
desbaratar planes contra la Isla.
Infiltrado por 22 años en la Fundación Nacional Cubano-Americana,
el agente Fraile -nombre de guerra de Alvarado- monitoreó los
proyectos de la contrarrevolución asentada en EE.UU., de colocar
explosivos en el cabaret Tropicana, de La Habana, y en otras
instalaciones turísticas para causar muerte y destrucción.
Como resultado de su abnegado trabajo en el mismo corazón del
Imperio, muchos de esos planes se pudieron descubrir, e incluso
detener algunas de las acciones que la mafia anticubana de Miami
pretendía ejecutar.
Para Alvarado, esta decisión imperial persigue regresar al típico
papel asumido por el Gobierno norteamericano y sus anteriores
administraciones, de inculpar a la víctima.
Acusar a Cuba de terrorismo, cuando -según el filósofo y
activista Noam Chomsky- la Isla ha sido el país más afectado por el
terrorismo, constituye algo que no merece ningún respeto, subrayó el
ex agente Fraile.
Inculpar a Cuba y a otros países carece de ética y de fundamento,
mucho más cuando la acusación proviene de EE.UU., que lidera el
terrorismo en el mundo y lo ejerce de la forma más descarada,
significó.