Los pobladores de Haití ahora lo que necesitan es más solidaridad
y menos militarismo, así gritó a la multitud Obdulia Hernández,
antes de subir al autobús que cubre la ruta entre los repartos Junco
Sur y Reina, en la provincia de Cienfuegos.
El diálogo cotidiano en una parada de ómnibus esta vez no trataba
problemas económicos, ni la serie de béisbol. Otra era la discusión:
la presencia de militares norteamericanos en la ciudad de Puerto
Príncipe, recientemente desvastada por el terremoto.
Todavía llaman a Cuba terroristas, pero hasta ahora los yanquis
solo han empleado la violencia y sus fuerzas militares, afirmó el
panadero Ramón Estrada.
En recientes reportes de la televisión cubana se conoció que el
Ejército Norteamericano tiene emplazado un campamento en Haití. Sin
embargo, continúan llegando al hermano país aeronaves procedentes de
Cuba, con toneladas de medicamentos.
Por su parte, el Diario Juventud Rebelde, destacó el arribo a
territorio haitiano de otros 32 médicos cubanos y tres equipos
quirúrgicos adicionales para reforzar a los más de 500 colaboradores
e integrantes de la brigada Henry Reeve, quienes actúan en varios
puntos de esa geografía.
De no ser trágico sería risible el hecho de que mientras esta
Isla continua dando muestras de altruismo y espíritu solidario, la
Secretaria de Estado Hillary Clinton, anunciaba desde Hawai la
presencia de soldados norteamericanos en Puerto Príncipe, para
supuestamente controlar la situación , afirmó la periodista Yeneily
García.
Nada positivas resultan las intenciones del gobierno de Barack
Obama. Ante la desgracia de todo un pueblo, vuelven a acechar la
ambición y la desidia.
Por suerte, todavía quedan manos amigas para ayudar a los
haitianos. Algunos envían disimiles recursos, otros brindan palabras
de aliento; tal vez desde lugares tan comunes como una parada de
ómnibus.
Son plausibles todas las acciones para contribuir a que en Haití,
reverdezca otra vez la vida.