Naciones Unidas
instó a poner fin a la violencia interreligiosa que estalló en la
ciudad nigeriana de Jos con un elevado saldo de muertos, heridos y
pérdidas materiales.
El llamamiento fue hecho por el secretario general de la ONU, Ban
Ki-Moon, en un comunicado que expresa preocupación ante la nueva
crisis en ese extenso país africano.
El dirigente convocó a los líderes políticos y religiosos a
trabajar en conjunto para solucionar por la vía pacífica las
verdaderas causas de la violencia sectaria.
Según reportes preliminares, la cantidad de víctimas fatales
durante los enfrentamientos puede llegar a las 300, mientras que se
calcula que cinco mil los habitantes de Jos abandonaron sus lugares
de residencia.
El pasado lunes el gobierno implantó el toque de queda en esa
ciudad, capital del estado de Plateau, donde los alimentos y
suministros de artículos de primera necesidad comienzan a escasear.