TANZANIA, 19 de enero.— Los miembros de la Misión diplomática se sumaron a las voces de los colaboradores cubanos que trabajan en Tanzania en su irrestricto apoyo a la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores que condena la absurda inclusión de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, acción que da continuidad a la histórica hostilidad de Washington contra nuestro país.

En su mensaje de condena, los profesionales y diplomáticos cubanos recuerdan que la mayor de las Antillas ha sido víctima de acciones de terrorismo de todo tipo procedentes desde territorio norteamericano, sin que hasta la fecha se haya hecho nada por parte del gobierno de ese país para detener tal criminal política.

El doble estándar que aplica Estados Unidos en este y muchos otros campos provoca la repulsa de todas las personas amantes de la paz, quienes no reconocen ningún derecho de ese país para convertirse en juez mundial, máxime si su historia en materia de terrorismo es bien conocida y sufrida en todo los rincones del mundo.

Estados Unidos tiene el bochornoso record de haber sido el único país hasta el momento en utilizar la bomba atómica contra población indefensa, provocando la muerte de decenas de miles de inocentes y trayendo lesiones y traumas a otros muchos japoneses. Fue Estados Unidos quien arropó a todas las dictaduras latinoamericanas que asesinaron o desaparecieron a parte de los mejores hijos de nuestra América. Ha sido Estados Unidos el que ha promovido el asesinato del Comandante en Jefe en más de 600 ocasiones.

¿No siente vergüenza el país agresor de decenas de naciones en el mundo de incluir a un país como Cuba en esa lista espuria? ¿No sabe Estados Unidos que Cuba ha mantenido una política ejemplar en materia de cooperación y en lugar de soldados y bombas envía al Tercer Mundo sus mejores médicos y maestros? Sí lo sabe, pero miente, porque tiene que justificar el criminal y desacreditado bloqueo contra nuestro pueblo. Da pena ver a un país como Estados Unidos que hace de la mentira una herramienta de poder, dicen los cooperantes cubanos.