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En una acción simultanea, insurgentes afganos atacaron hoy con
cohetes y bombas edificios gubernamentales de esta capital, entre
ellos el Palacio Presidencial, y hasta el momento se reportan siete
muertos y 38 heridos, aseguraron fuentes oficiales.
El portavoz del Ministerio del Interior, general de brigada
Zemarai Bashary, comunicó a medios informativos que un comando de
rebeldes penetró en Kabul y atacó con cargas explosivas también los
ministerios de Relaciones Exteriores, Finanzas, Justicia, los
centros comerciales Feroshgah e Afghan y el hotel Serena.
De acuerdo con Bashary, los insurgentes dispararon un misil al
Banco Central, y además uno de ellos hizo estallar su chaleco
cargado de explosivos frente al centro comercial Gulbahar, explosión
que sacudió varios barrios de esta urbe.
Otros dos insurgentes se atrincherarono en el cine Ariana, y
todavía combatían desde allí a las fuerzas del orden.
Según Bashary, las fuerzas de seguridad recuperaron el control de
la mayoría de los edificios atacados, pero aún hay resistencia cerca
del cine.
El portavoz de los rebeldes, Zabiullah Mujahid, reportó vía
telefónica que unos 20 combatientes entraron en la ciudad para
atacar el Palacio Presidencial y otros edificios gubernamentales.
Las autoridades cortaron las principales arterias y decretaron el
cierre de los edificios gubernamentales en Kabul, y de los
principales hoteles, de acuerdo con el portal de noticias Quqnoos.
En una nota de prensa, la Fuerza Internacional de Asistencia a la
Seguridad (ISAF) afirmó que coopera con las autoridades afganas para
contener la agresividad del ataque de los insurgentes.
Mientras, el presidente Hamid Karzai expresó que la situación
está bajo control y solicitó a las fuerzas de seguridad que
incrementen las medidas de vigilancia en Kabul.
Los ataques se incrementaron contra esta urbe en los últimos
meses y el viernes último un cohete estalló cerca de la embajada de
Alemania, en el centro de Kabul, sin causar víctimas.
Ocho personas perdieron la vida el 15 de diciembre en un atentado
dinamitero cerca de un hotel donde se alojaban extranjeros.