PUERTO PRÍNCIPE, 17 de enero (AIN) — El doctor Irelio Sidney,
egresado en el primer grupo de haitianos de la escuela caribeña de
Medicina, en Santiago de Cuba, en el 2005, es uno de los
incorporados a las acciones de atención médica a la población
haitiana después del sismo.
Actualmente cursa de tercer año de la residencia en Cuba y ahora
se trasladó a Haití como parte de los 38 médicos que llegaron el
sábado, para reforzar a los integrantes de la colaboración en la
salud y la brigada Henry Reeve que actúan en varios puntos de la
capital haitiana.
Una desgarradora realidad rodea a la presencia de este joven
galeno en su propio país: su mamá, Pressoir Texier, nacida el 15 de
enero de 1954, fue reportada entre las miles de victimas fatales
tras el sismo sufrido en la capital haitiana, justamente 72 horas
antes de su cumpleaños 56.
La entereza, nivel de aceptación ante lo irreparable y la
decisión de sobreponerse a este fatídico momento sólo pueden
explicar, tímidamente, la determinación con la que se le ve atareado
curando a otros coterráneos heridos durante el fenómeno natural.
Irelio y sus compañeros haitianos egresados de la Escuela
Latinoamericana de Medicina (ELAM) realizan su labor en parques y
campos deportivos, puntos de concentración y refugio de la población
que ha perdido su hogar.
Brindan la atención primaria a heridos politraumatizados, curando
las heridas y, sobre todo, la prevención contra las infecciones.
Otros jóvenes médicos haitianos de este grupo de la ELAM han
recibido similar golpe con la muerte de familiares y amigos.
Y tal como el doctor Irelio dedica sus esfuerzos a curar a sus
compatriotas, los galenos haitianos residentes e internos realizan
su labor sobrepuestos a su cercano dolor.