Con unas 21 mil personas radicadas en áreas protegidas, Cuba
promueve el manejo participativo de esas zonas, entre científicos y
vecindades, de interés en la provincia de Pinar del Río por sus
amplias extensiones en categorías conservacionistas.
Informes del Ministerio de Ciencias Tecnología y Medio Ambiente (CITMA),
confirman la existencia en el país de 213 pequeños asentamientos en
los sitios en preservación dada su biodiversidad, riqueza histórica
y valor patrimonial, de impacto en su cuidado.
Pinar del Río posee más del 22 por ciento de su superficie
integrada a diversas clasificaciones dentro del Sistema Nacional de
Áreas Protegidas (SNAP), entre ellas dos reservas de la biosfera:
Península de Guanahacabibes y Sierra del Rosario.
Poblador de esa última reserva, Gerardo Rosado, uno de los casi
mil vecinos de la comunidad Las Terrazas, destacó a la AIN la
simbiosis hombre-entorno lograda, al integrar la cultura agraria
campesina y la experiencia de desarrollo rural con bases en el
turismo de naturaleza.
Expertos de la Estación Ecológica de Sierra del Rosario aseguran
que las comunidades aportan una fuerza potencial idónea para la
sostenibilidad del desarrollo, con el empleo de personal autóctono,
diestro y sensibilizado con esas zonas.
El desafío, dicen, es sistematizar la educación ambiental y la
producción racional, como actitud ante la vida de esos hombres y
mujeres en su cotidianidad.