Fuertes críticas a los
tres poderes del Estado guatemalteco por desatender recomendaciones
para fortalecer seguridad y justicia lanzó el jefe de un grupo de la
ONU, cuya tónica mantiene hoy.
El coordinador de la Comisión Internacional Contra la Impunidad
en Guatemala (CICIG), Carlos Castresana, ha sido prodigo en
declaraciones a medios de prensa locales después de presentar el
resultado de las investigaciones por un sonado caso de asesinato.
Entrevistado por Emisoras Unidas, Castresana aseguró que éste es
un país que se muere por el enorme número de decesos violentos
registrados y el bajo de sentencias dictadas contra los
responsables.
Si quienes dirigen los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial
no reaccionan habrá un Estado caótico, en manos de las
organizaciones criminales, señaló.
Mencionó los seis mil 451 asesinatos cometidos en 2009 frente a
solo 230 condenas, para un nivel de 98 por ciento de impunidad, y
cómo esa cifra de muertes ya supera anualmente las del periodo del
conflicto bélico.
Ante ello afirmó que las autoridades, e incluso la sociedad, no
hacen nada pues se han resignado a vivir en un país donde te matan
por subir a un autobús .
Sólo en el departamento de Guatemala, donde se asienta esta
capital, la tasa de criminalidad es de 90 por cada 100 mil
habitantes, una de las más altas del mundo, según Castresana.
De acuerdo con el jefe de la CICIG, hace mucho tiempo esa misión
hace recomendaciones que calificó de sensatas, factibles y
razonables, sin pedir que ocurra un milagro.
Afirmó haber repetido hasta el cansancio a los titulares de los
poderes cuál es la medicina para esa enfermedad: dar seguridad a los
jefes, aprobar las leyes recomendadas y dotar de más recursos a las
instituciones.
Sin embargo, consideró la actitud de ellos como la de un enfermo
que no sigue el tratamiento sugerido, señala la versión publicada
este lunes por el diario Siglo Veintiuno.
Castresana fustigó el reproche dirigido a la CICIG por el
presidente de la Corte Suprema de Justicia, Erick Alvarez, al haber
ofrecido seguridad a jueces que llevan casos de alto impacto.
Perdóneme si les estamos haciendo el trabajo, hágalo usted y verá
cómo no necesitamos hacerlo nosotros, pero no podemos dejar que los
maten, enfatizó Castresana de acuerdo con ese rotativo.
Por su parte, en entrevista concedida a Prensa Libre sentenció
que mientras Guatemala no reaccione, se muere, y a nosotros, que
somos el médico, nos produce desesperación esa situación porque
hemos traído un equipo de excelentes profesionales.