El Secretario de Relaciones Exteriores de Filipinas, Alberto G. Rómulo, presentó aquí la orden, conferida con rango de Datu (Gran Collar) con distinción de oro.

Al pasar revista a la labor profesional desempeñada por el embajador cubano durante sus cinco años de permanencia en este archipiélago del sureste asiático, el canciller filipino valoró positivamente el fortalecimiento de los lazos comunes y la cooperación entre ambas naciones.

También resaltó las magníficas relaciones personales y profesionales mantenidas por el jefe de la misión estatal de La Habana con las autoridades y el pueblo filipinos.

En mención dirigida en especial al gobierno y a todos los cubanos por la defensa incesante de los éxitos logrados en el desarrollo nacional, Rómulo apuntó que Filipinas siempre ha estado al lado de la isla caribeña, respaldándola, y mantendrá ese apoyo inalterable en todos foros internacionales donde Cuba reclame su presencia.

El embajador Rey, quien concluirá en próximos días su misión aquí, aceptó la alta distinción en nombre de los muchos compatriotas que han trabajado incansablemente por el desarrollo de los nexos y la amistad bilaterales, así como de su gobierno y de todo el pueblo de la nación antillana.