Las relaciones
comerciales entre China y Estados Unidos despiden el año en medio de
una disputa por la imposición de aranceles a productos para la
industria petrolera procedentes del gigante asiático, que protestó
la medida.
EL gobierno chino rechazó la decisión de la Comisión de Comercio
Internacional de aplicar aranceles que oscilan entre 10 y 16 por
ciento a tubos de acero utilizados en la perforación de pozos de
petroleo, al reiterar que esas exportaciones no constituyen una
amenaza para los fabricantes estadounidenses.
Washington alega que esa sanción busca compensar subsidios
otorgados a los productores chinos.
Un funcionario del Ministerio de Comercio negó que esas ventas
perjudican a la parte estadounidense y recordó que la crisis
internacional es la causa de los problemas actuales para el sector.
La decreciente demanda del petróleo debido a la crisis financiera
global y no las importaciones chinas provocaron las dificultades de
los fabricantes norteamericanos, dijo la fuente en una declaración
citada por medios de prensa locales.
De acuerdo con estadísticas de la mencionada comisión, Estados
Unidos importó el año pasado desde China tubos de ese tipo por valor
de dos mil 800 millones de dólares. Los vínculos comerciales entre
la primera y tercera economías del mundo registraron anteriormente
otra disputa en lo referido a las ventas de neumáticos al mercado
estadounidense.
Beijing califica tales acciones de proteccionismo y las considera
perjudiciales para la recuperación económica global.