Contra los fantasmas de las retransmisiones

GABRIEL DÁVALOS
gdavalos@granma.cip.cu

¿Cómo puede suceder que una teleserie concebida, realizada y transmitida en 1991, tenga índices de audiencia y gusto similares a los que tuvo en su estreno, pero en una retransmisión 18 años después?

Durante las últimas semanas, Su propia guerra ascendió al primer lugar de los espacios más vistos y gustados en la televisión cubana, según el habitual estudio de comportamiento de audiencias realizado por el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) del Instituto Cubano de Radio y Televisión
(ICRT).

La serie encabezó la lista con más de un punto y medio por encima del segundo puesto, el policiaco extranjero CSI. Desplazó también a los humorísticos de la televisión y, lo más interesante, a la telenovela brasileña, espacio que desde hace años clasifica entre los más vistos, explica Mayra Fraga, especialista del Centro.

Aun cuando las retransmisiones suelen tener audiencias por debajo de su estreno —algo normal—, con esta ha pasado algo diferente, agrega la investigadora.

En 1991, la teleserie marcó un rating del 43,5 por ciento en su primer capítulo, mientras que diez episodios después alcanzó el 81,2 por ciento. Pero como en los programas con varias frecuencias semanales lo que define es el promedio, aquella primera presentación logró, en total, un 67 por ciento, apunta Yairis Rodríguez, también especialista del CIS. Algo similar está ocurriendo ahora.

Ambas investigadoras coinciden en que uno de los motivos del comportamiento sui géneris de los espectadores ante esta retransmisión pudiera ser que la serie muestra de manera veraz la realidad cubana de aquellos años. Con actuaciones de buena calidad y aceptación, un guión sólido con situaciones creíbles, sumado a una buena dirección, este dramatizado refleja a cada quien con sus defectos y virtudes, dentro del complejo contexto social, económico y político de principios de los años de 1990, señalan.

Salvo algunas excepciones, todos los policiacos cubanos muestran buenos niveles de audiencia y aprobación, incluso por encima de series extranjeras, argumentan las especialistas. El programa CSI, por ejemplo, obtuvo índices relevantes en sus primeros capítulos, seguramente por las novedosas formas de investigación que mostraba, la calidad de las actuaciones y la realización en general. Pero luego decayó — a juicio de las investigadoras—, porque no muestra los problemas, el modus operandi y la realidad del cubano. También ocurre así con las novelas brasileñas.

Lo que marca la diferencia entre el guión de esta teleserie y el de otras que ahora producimos — que incluso tienen mejor factura—, es que todos los personajes están muy humanizados, afirma Eunice Peña, quien está al frente de la División de Dramatizados del ICRT. Tanto los policías como los delincuentes son personas de carne y hueso, con conflictos y problemas morales. Otro punto fuerte en el guión es que la enseñanza está en la historia contada y no en el exceso de escenas cargadas de didactismo.

Pero a veces los índices de audiencia son injustos, advierte Eunice. Por ejemplo, los estudios del CIS confirman que los teleplays estuvieron entre los programas más vistos durante el verano; luego, solamente unos días después, el espacio de El Cuento, transmitido los martes por Cubavisión, reporta un descenso considerable. Hay que llegar al fondo. Valdría la pena realizar una investigación para entender con más profundidad por qué ocurre esto, o cómo Su propia guerra ha logrado trascender.

La idea de llevarla nuevamente a la pantalla había sido valorada con antelación. Pero la decisión de hacerlo en el espacio habitual de la telenovela cubana respondió a una coyuntura económica, explica Julio Alfredo Suárez, jefe de la División de Programación de la TV Cubana. Partimos del principio de no ceder el espacio a las novelas foráneas, y que estas ocuparan las cinco o seis frecuencias semanales, argumenta. La televisión nacional apostó por la retransmisión de una obra de calidad probada para mantener el balance, en ese horario, entre productos hechos en Cuba y los extranjeros.

Su propia guerra no solo ha igualado las estadísticas reportadas cuando fue estrenada, sino que superó en el gusto a espacios que, hoy, en otro contexto, habitualmente encabezan la lista, como las novelas brasileñas, reconoce.

El estudio de comportamiento de audiencia que realiza semanalmente el CIS es de corte cuantitativo. Una red de encuestadores en todas las provincias del país selecciona una muestra de público de diferentes edades, ocupaciones y sexos, para que diariamente den información sobre la programación televisiva. Pero quizás, una vez descubierta la noticia, será necesaria una forma científica de indagar en aspectos cualitativos que nos inquietan.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas | Especiales |

SubirSubir