El
21 de este mes se cumplieron 45 años de la muerte del comandante
Guillermo Isaías Sardiñas Menéndez —el Padre Sardiñas— capellán del
Ejército Rebelde, el único sacerdote cubano que vistió una sotana
verdeolivo.
Guillermo Sardiñas (1917 Sagua la Grande-1964 La Habana), según
él mismo contó, había quedado muy impresionado con el heroico asalto
al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, acción organizada y
dirigida por el joven abogado Fidel Castro. Ya para esa fecha era
sacerdote y usaría el púlpito en la parroquia de Quivicán, Palmira o
Corralillo para sus actos de devoción cristiana y a la vez condenar
los crímenes de la tiranía antes de incorporarse definitivamente al
EjércIto Rebelde en la Sierra Maestra.
Allí, además de oficiar misa, bautizar a infantes y celebrar
bodas, fue un activo alfabetizador de niños y adultos y promotor de
numerosos actos de carácter humanitario. Del mismo modo que en las
zonas rurales donde actuó como sacerdote, antes de su incorporación
al Ejército Rebelde, Sardiñas se destacó como deportista, animando
juegos de pelota.
En la despedida de duelo del comandante-sacerdote, el primer
capitán Jorge Enrique Mendoza dijo que Sardiñas, en el campamento de
La Plata demostró siempre un inmenso respeto y cariño por Fidel,
Raúl, Celia y Almeida y que él lo recordaba, también, sumado a los
méritos antes referidos, como un gran conversador, de conceptos
morales, de justicia y políticos muy profundos y prudente consejero
de cualquiera que necesitara escuchar una palabra serena en los
momentos más difíciles.
Consecuente con sus ideas el comandante-sacerdote Sardiñas, fue
fundador y activista de primera línea del Comité de Solidaridad con
Vietnam del Sur, y sin abandonar sus deberes religiosos se
distinguió también como defensor de la justeza de la Revolución
cubana en foros en muchas partes del mundo.