Pero no es ni remotamente esa la visión que tienen los "viejos"
pedagogos y jóvenes de reciente incorporación que rodean a Yanet
Caridad Velázquez Fandiño: esa "niña" aparentemente frágil por su
proverbial ternura que a tres años de su egreso como Profesora
General Integral (PGI) puede contar abundantes anécdotas del trabajo
frente a alumnos y también como directora, ¡vaya mérito!, en la
Escuela Secundaria Básica Urbana Máximo Gómez Báez.
"Sé que ha habido criterios: que si los PGI somos muy jóvenes,
que si no estamos totalmente aptos para los nuevos programas, que si
no todos impartimos docencia igual¼ Pero
esos comentarios sucedían más al principio. Con el tiempo he visto
más confianza hacia nosotros, tanto por parte de los padres como de
otros profesores con mayor experiencia en el magisterio.
"Mi opinión es que, en general, sí estamos preparados y podemos
cumplir bien nuestra misión. Yo, incluso pudiera mencionar casos
como los de Elsa Lidia Rodríguez y Elisdelsy Cabrera: docentes en
formación que por sus resultados están entre las mejores del
municipio.
"Desde luego, todo depende de cada quien. El que ama la profesión
y aprovecha el tiempo durante los cinco años de estudio, después no
tiene problemas para autoprepararse, impartir clases y enfrentar
cuantos retos vengan por delante. Quienes pierden el tiempo,
terminan arrastrando deficiencias y dando lugar a comentarios."
— ¿Si pudieras dirigirte a las personas que tienen alguna duda
con respecto a ustedes, qué les dirías?
"En primer lugar las invitaría a confiar, a apoyar a los jóvenes
y, sobre todo, a que se acerquen y nos expresen sus criterios, dudas
o sugerencias, como ha sucedido en mi escuela con algunos padres y
con alumnos que a veces antes de dirigirse a sus familiares vienen a
pedirnos consejos o a plantearnos preocupaciones."
— ¿Has encontrado ayuda a tu alrededor?
"Todo el tiempo. Primero allá, en la secundaria básica Ignacio
Agramante, de San José de las Lajas; luego aquí trabajando con
séptimo, después como jefa de grado y ahora al frente de la
dirección. Nunca me ha faltado el aliento de mi generación, ni el
apoyo de los más experimentados, a quienes consulto bastante."
Como Yanet, o la también tunera Misleidy García Osorio, otros
jóvenes asumen iguales retos en toda Cuba.
En 1961, la juventud cubana asumió ejemplarmente la misión de
alfabetizar al país. Hoy existen mejores bases aún para perpetuar
aquel protagonismo en el pizarrón. Lo dicen quienes peinan canas. Y
lo siente esa gran masa de jóvenes que andan junto a su tiempo.