Autoridades judiciales
suspendieron el juicio de Andal Ampatuan, miembro de un poderoso
clan del sur de Filipinas, acusado de ordenar el asesinato de 57
personas en noviembre pasado, en una disputa con un grupo rival.
El portavoz de la Corte Suprema de Justicia, Midas Márquez,
indicó que la sala elegida para las vistas, en los juzgados de la
municipalidad de Quezon, en Metro Manila, no reunía aún las
condiciones necesarias.
Según Márquez, van a tratar de subsanar las deficiencias para que
pueda comenzar el juicio en la primera semana de 2010.
Ampatuan, alcalde de la localidad de Datu Unsay, en la provincia
de Maguindanao, se declaró inocente al entregarse a la policía una
semana después de la matanza ocurrida el 23 de noviembre.
El acusado es hijo del patriarca del clan, Andal Ampatuan, del
mismo nombre y ex gobernador de Maguindanao.
De acuerdo con testigos, el imputado lideró al centenar de
hombres armados que secuestró a 60 personas antes de asesinarlas.
La mayoría de las víctimas, entre ellas abogados, periodistas y
políticos, se dirigía a formalizar la candidatura de Ismail
Mangudadatu, de una familia rival.
Los militares a cargo de la investigación hallaron fosas comunes
con 57 cadáveres, algunos decapitados o mutilados, mujeres con
señales de haber sido violadas antes de ser asesinadas.
El gobierno impuso la ley marcial en esa provincia para evitar
una rebelión y desarmar al ejército privado de los Ampatuan, hasta
el momento, aliado de la presidenta filipina, Gloria Macapagal
Arroyo.
El patriarca de los Ampatuan, miembros de la familia y seguidores
fueron detenidos y acusadas en relación con la matanza.
Alrededor de 132 ejércitos privados operan de manera impune en el
sur de Filipinas, casi todos empleados por poderosos políticos o
terratenientes que imponen su dominio con las armas.