Un descenso notorio del agua embalsada reporta hoy la oriental
provincia de Guantánamo, por primera vez en lo que va de año con su
capacidad de llenado cubierta a menos del 80 por ciento.
El parte más reciente de la Dirección Provincial de Recursos
Hidráulicos fija en 266 millones de metros cúbicos las existencias
del territorio, inmerso en una discreta sequía desde hace meses.
Esa cifra equivale al 76,6 por ciento de los más de 340 millones
que es capaz de almacenar de una sola vez.
Aunque se transita por el llamado período seco (noviembre-abril),
Guantánamo ha garantizado el abasto de agua a la población, la
industria y la agricultura, explicó a la AIN Juan Carlos González,
subdelegado de Recursos Hidráulicos.
Añadió que se sigue trasvasando el líquido desde la presa Jaibo
(segunda mayor de la provincia) hasta la Clotilde, de esta a la
potabilizadora, y de ahí a las redes de la sexta urbe más poblada de
Cuba.
Esa estrategia obedece a que el embalse regulador La Esperanza,
principal abastecedora a la capital provincial, solo cuenta en su
vaso con una reserva para 52 días, y se encuentra casi al borde del
llamado volumen muerto.
Entre las causas del descenso de los reservorios figuran, además,
lluvias casi nulas en las cuencas de los ríos tributarios de esas
instalaciones, y un comportamiento desfavorable de las
precipitaciones, las cuales hasta hoy son inferiores a los dos
tercios de la media histórica para el período.
Una exhortación al ahorro de agua formularon las autoridades de
la provincia, en el cual las zonas donde más llueve (la parte
nororiental) carece casi por completo de obras almacenadoras, con la
excepción de Caujerí, que dispone de dos embalses, uno de ellos
virtualmente deprimido.
En cambio, en la árida zona sur y el poco húmedo valle
central, se encuentran las mayores presas, incluida Yaya, con 160
millones de metros cúbicos de capacidad, y dependiente en gran parte
de las lluvias aguas arribas del río Guantánamo, compartido con la
vecina Santiago de Cuba.