MATANZAS.—
Si usted quiere constatar avances o retrocesos en la agricultura le
basta con llegar a una unidad productora, encaramarse a una piedra y
desde allí observar la situación de la tierra. Si todas las áreas
están sembradas no tiene que molestarse en averiguar nada, es
evidente que las cosas marchan bien.
Con esa imagen simple, sin asistencia de cifras de ninguna clase,
Omar Ruiz Martín, primer secretario del Partido en la provincia,
condensó la esencia del principal tema discutido en el Pleno de la
máxima organización política en el territorio: evaluación del estado
de la producción, contratación, acopio, destino y distribución de
las producciones agrícolas.
A pesar de cierto avance, en Matanzas es preciso incrementar los
rendimientos y, sobre todo poner a cultivar prácticamente el doble
de las tierras hoy en producción para satisfacer las demandas.
El Pleno conoció que ya se ha entregado en usufructo mediante el
Decreto Ley 259 un nivel importante de tierras ociosas, y que aún
falta mucha por conceder, algo que debe hacerse con la premisa de
respetar lo legislado, pues en torno al tema han ocurrido
ilegalidades.
Omar Ruiz señaló que una buena parte de los trabajadores que
recibieron tierras en usufructo todavía no han sido contratados y,
por consiguiente se dilata el propósito de revertir la
improductividad. La contratación es vital para la planificación y
permite una mejor evaluación de los resultados, insistió.
La provincia tiene la finalidad de hacer una siembra de papa con
calidad, y con rapidez una vez liberada la tierra destinada a ese
tubérculo, en aras de aprovechar los nutrientes y otros beneficios
que a él se han prodigado.
Entre otros muchos temas, la reunión abordó problemas
relacionados con el deterioro de la productividad, irregularidades
en las fechas de pago a los trabajadores, mala rotación de las áreas
bajo riego, insuficiente por ciento de vacas en ordeño y el escaso
aprovechamiento de las capacidades industriales para dar respuesta a
los picos de cosecha.
Otros participantes se refirieron a la irracional práctica de
entidades productoras de casi todo el país por comercializar en
Varadero cueste lo que cueste. Algunos se preguntan, por ejemplo,
qué hace una empresa de provincias lejanas en el polo turístico
vendiendo tomate, un producto que puede garantizarse sin
contratiempos, en el territorio. Se concluyó razonablemente que
Matanzas debe asumir el mayor compromiso de esa demanda, pues es más
económico y eficiente.