COPENHAGUE,
19 de diciembre.— Al cierre de esta edición no se había logrado
consenso para aprobar el proyecto de documento final, que EE.UU.
intentó imponer a la polémica Cumbre sobre Cambio Climático (COP15),
en Copenhague, Dinamarca, auspiciada por Naciones Unidas.
Se evidenciaron serias contradicciones en el seno de la Cumbre,
que llegó al extremo de que un país europeo propusiera dinero a
cambio de la aprobación del texto de marras, lo cual fue duramente
rechazado por Cuba.
Venezuela alertó que de consumarse la maniobra de Washington se
estaba en camino de dar un golpe de Estado a la máxima institución
mundial.
La AFP señala que el presidente estadounidense, Barack Obama,
había calificado de "significativo" este acuerdo, sin valor
jurídicamente vinculante, antes de que fuese sometido ante los 192
países que participan en la conferencia.
Como todos los demás artífices de este borrador, Obama partió de
la reunión antes de la votación por los delegados.
Venezuela, Bolivia, Cuba, Costa Rica, Nicaragua, Sudán y el
pequeño archipiélago de Tuvalu (Océano Pacífico) expresaron sus
protestas cuando tuvieron acceso de madrugada al acuerdo, que
calificaron de "irrespetuoso" del procedimiento de Naciones Unidas.
TeleSur significa que la delegada venezolana, Claudia Salerno,
manifestó "con indignación", que su país acoge con sorpresa el mal
manejo con el cual ha sido llevada una cumbre tan importante para
millones de personas en el mundo.
"Esta mano tiene tantos derechos como aquellos que llama
(dirigiéndose al presidente de la cumbre) grupo representativo de
líderes (...) No puede hacerse acuerdo por un grupo selecto de
países (...) En este momento queremos saber si bajo la presencia y
testimonio del Secretario General de la ONU (Organización de
Naciones Unidas, Ban Ki Moon) se va a consumar un golpe de Estado a
las Naciones Unidas".
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, manifestó que su
país no acepta el documento de declaración, que el presidente de la
Cumbre sobre Cambio Climático presenta.
"Nos sentimos sorprendidos y ofendidos por la metodología usada",
dijo, en tanto, el delegado de Bolivia ante la Cumbre, pues aseguró
que, en cuestión de minutos no se podría discutir un documento "que
no hemos leído".
La delegación de Tuvalu, por su parte, manifestó que es
importante tener resultados basados en la ciencia para lograr una
reducción significativa de la emisión de gases de efecto
invernadero, que no dejen aumentar las temperaturas mundiales a más
de 1,7 grados centígrados; pues afirmó que cualquier otro acuerdo
"sería el fin de Tuvalu".