Señor
Presidente:
Hace ya cuatro horas el presidente Obama anunció un acuerdo que
no existe; falta el respeto a la comunidad internacional, se
comporta como un jefe imperial.
El documento que usted varias veces afirmó que no existía, señor
Presidente, aparece ahora. Todos hemos visto versiones que circulan
de manera subrepticia y que se discuten en pequeños conciliábulos
secretos, fuera de las salas en que la comunidad internacional, a
través de sus representantes, negocia de una manera transparente.
Resulta, señor Presidente, que el documento que no existió,
existe. Lamento profundamente la manera en que usted ha conducido
esta conferencia.
Puedo anticiparle que la delegación de la República de Cuba ha
decidido no aceptar el proyecto de declaración que usted presenta.
No requiero consultas adicionales en ningún marco ni formato, y, por
tanto, declaro que en esta conferencia no existe consenso sobre este
documento (Aplausos).
Sumo mi voz a la de los representantes de Tuvalu, Venezuela y
Bolivia. Cuba considera extremadamente insuficiente e inadmisible el
texto de este proyecto apócrifo. La meta de 2º centígrados es
inaceptable y tendría consecuencias catastróficas incalculables, en
particular para los pequeños Estados insulares. Significaría un
grave impacto en numerosas especies de la biodiversidad.
El documento que usted, lamentablemente, presenta no contiene
compromiso alguno de reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero.
Conozco las versiones anteriores que también, a través de
procedimientos cuestionables y clandestinos, se estuvieron
negociando en corrillos cerrados que hablaban, al menos, de una
reducción del 50% para el año 2050. Tengo conmigo aquí esas
versiones anteriores, que valdría la pena ofrecer a los medios de
prensa y a los representantes de la sociedad civil y hacer públicas
en esta sala.
El documento que usted presenta ahora, omite, precisamente, las
ya magras e insuficientes frases clave que aquella versión contenía.
Este documento no garantiza, en modo alguno, la adopción de medidas
mínimas que permitan evitar una gravísima catástrofe para el planeta
y la especie humana.
El texto de este documento, para Cuba, es incompatible con el
criterio científico universalmente reconocido, que considera urgente
e insoslayable asegurar niveles de reducción de, al menos, el 45% de
las emisiones para el año 2020, y no inferiores al 80% o 90% de
reducción para el 2050.
Este vergonzoso documento que usted trae es también omiso y
ambiguo en relación con el compromiso específico de reducción de
emisiones por parte de los países desarrollados, responsables del
calentamiento global por el nivel histórico y actual de sus
emisiones, y a quienes corresponde aplicar reducciones sustanciales
de manera inmediata. Este papel no contiene una sola palabra de
compromiso de parte de los países desarrollados.
La delegación de Cuba reitera, además, su convicción de que la
reducción de las emisiones de carbono de los países del Sur no puede
formularse de manera que obstaculice el ejercicio del derecho al
desarrollo. Este papelucho ignora ese concepto.
Todo planteamiento acerca de la continuación de las negociaciones
para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de emisiones, debe
incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia del Protocolo
de Kyoto, y de que estos acuerdos serán parte de un segundo período
de compromisos de dichos protocolos. Su papel, señor Presidente, es
el acta de defunción del Protocolo de Kyoto que mi delegación no
acepta.
La delegación cubana desea hacer énfasis en la preeminencia del
principio de "responsabilidades comunes, pero diferenciadas", como
concepto central del futuro proceso de negociaciones. Su papel no
dice una palabra de eso.
Este proyecto de declaración omite compromisos concretos de
financiamiento y transferencia de tecnologías hacia los países en
desarrollo como parte del cumplimiento de las obligaciones
contraídas por los países desarrollados bajo la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El documento se limita a
la idea de que los países desarrollados participen en una llamada
movilización de recursos que se dice que pueden ser públicos o
privados, bilaterales o multilaterales, o provenir, incluso, de
fuentes alternativas. Los países desarrollados, que imponen sus
intereses mediante su documento, señor Presidente, evaden cualquier
compromiso concreto.
La delegación de Cuba reitera su protesta por las graves
violaciones de procedimiento que se han producido en la conducción
antidemocrática del proceso de esta conferencia, especialmente,
mediante la utilización de formatos de debate y de negociación,
arbitrarios, excluyentes y discriminatorios. Lo que usted llama,
señor Presidente, "un grupo de líderes representativos" es, para mí,
una grosera violación del principio de igualdad soberana que
consagra la Carta de las Naciones Unidas, un mecanismo que intenta
imponer decisiones a la comunidad internacional y manipular a la
opinión pública. La formulación no transparente de proyectos de
documentos ha sido constante en esta conferencia.
Debo expresar, señor Presidente, mi protesta y preocupación por
la restricción del acceso de las organizaciones no gubernamentales a
esta conferencia.
La delegación de Cuba hace parte de las posiciones expresadas por
los Estados miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América, en particular de los discursos de los presidentes
Hugo Chávez y Evo Morales.
Señor Presidente, le solicito formalmente que esta declaración
sea recogida en el informe final sobre los trabajos de esta
lamentable y bochornosa 15 Conferencia de las Partes.
Muchas gracias.
(Aplausos).