Los bananeros de la provincia de Ciego de Ávila superaron en más
de 500 hectáreas el fomento de sus plantaciones respecto al año
anterior, como parte de la estrategia nacional para incrementar la
producción de alimentos.
Ahora la superficie cultivada asciende a cuatro mil 688
hectáreas, muy por encima de la que existía aquí cuando los azotes
de los huracanes Gustav, Ike y Paloma el año anterior, afirmó
Rolando Macías Cárdenas, subdelegado de la Agricultura.
El rescate de los plantíos permitió cosechar, de enero a
noviembre, 36 mil 682 toneladas de plátanos, cifra ligeramente por
debajo de lo previsto pero con lo cual se beneficiaron habitantes de
nueve provincias, especialmente Ciudad de La Habana y Santiago de
Cuba.
La fuente destacó el esfuerzo de agricultores estatales y del
sector campesino frente a la sequía y al déficit de petróleo,
mientras avanzan hacia el objetivo de volver a alcanzar los acopios
bananeros de hace dos decenios cuando rondaban las 80 mil toneladas
al año.
Carlos Blanco, director de la empresa de cultivos varios La Cuba
(insignia del ministerio del ramo), explicó que lo primero fue
rescatar los campos que tenían algún hijo seguidor o la cepa era
joven, y después la siembra escalonada para lograr cosechas todos
los meses.
Una de las tácticas consistió en fomentar las variedades CENSA o
Macho tres cuartos y el FIHA-18, ya que la primera puede
recolectarse poco después del año y la segunda entre los nueve y 10
meses.
Otras especies propagadas fueron el Enano guantanamero, Gran
enano, Manzano Inivit y el Zeta-30, este último el más resistente en
Cuba a los vientos huracanados.
Los labriegos emplean tres cuadrantes de las máquinas de riego de
agua de pivote central en la papa, y la restante sección en el
plátano y otros cultivos aledaños, a fin de diversificar la
tecnología.
El aporte de Ciego de Ávila será determinante este año, pues el
plan bananero nacional es de 559 mil 217 toneladas, según datos
oficiales.