Actuamos ahora o dejaremos a nuestros hijos y nietos una deuda que nunca podrá ser pagada y amenazará el futuro del planeta y sus habitantes, aseguró el máximo responsable de Naciones Unidas en conferencia de prensa aquí antes de viajar hacia la capital danesa.

En ese sentido, exhortó a los negociadores del acuerdo que debe sustituir al Protocolo de Kyoto a dejar espacio al compromiso, dar un impulso final a las discusiones y evitar un documento débil que podría tener consecuencias catastróficas.

Ban reconoció que el problema del cambio climático constituye una de sus prioridades desde que asumió la dirección de la ONU, pues se trata del asunto político y económico más importante de nuestro tiempo.

Sostuvo que cada país tiene que hacer su parte para sellar el acuerdo en Copenhague y destacó que unos 115 jefes de Estado y gobierno estarán presentes en la reunión.

El secretario general consideró que se han registrado avances en las últimas semanas, con nuevos compromisos asumidos por parte de los Estados industrializados, los subdesarrollados y los denominados emergentes.

Todo por el objetivo común de sentar las bases para un pacto justo, robusto y abarcador que pueda transformarse en uno legalmente vinculante tan pronto sea posible en 2010, subrayó.

Por otro lado, criticó a quienes tratan de desvirtuar la gravedad del cambio climático y precisó que la ciencia es clara y el problema es real, provocado por el hombre, a quien corresponde enfrentarlo.

En Copenhague tenemos que convocar a la voluntad política y moral y actuar en un espíritu de compromiso y sentido común, acotó.

Y resaltó la necesidad de acordar un paquete financiero a mediano y largo plazo para dejar en claro cómo se enfrentará el desafío en esa materia desde ahora hasta el 2020.