LONDRES, 13 de
diciembre.— El ex primer ministro británico Anthony Blair admitió
que la invasión a Iraq, en el 2003, fue emprendida sin ninguna
evidencia de que el gobierno del entonces presidente Saddam Hussein
tuviera armas de destrucción masiva, y que el objetivo era derrocar
y eliminar al líder iraquí.
No obstante, en una entrevista a la cadena británica BBC, Blair
justificó su posición en favor de invadir ese país alegando que
Hussein "representaba un riesgo para la región".
Notimex recuerda que en septiembre del 2002, pocos meses antes de
la ocupación, el Gobierno británico hizo público un dossier que
contenía la afirmación —hoy desmentida— de que Iraq podía utilizar
armas de destrucción masiva en solo 45 minutos.
Estas revelaciones comprometen aún más a Blair, quien tendrá que
comparecer ante la llamada Comisión Chilcot, prevista para inicios
del próximo año, que investiga la participación del ejército
británico en la guerra contra Iraq, los errores del mando y las
mentiras que profirió entonces para justificar la agresión.