Casi medio millar de personas de diferentes edades han visitado
la Sala de Patrimonio Natural del Museo de Historia de la provincia
de Guantánamo, abierta al público el dos de diciembre último.
La instalación acoge en sus vitrinas más de mil ejemplares
disecados de la fauna que habita el territorio nacional, y en
especial aquellos endémicos del extremo oriental de Cuba, en el cual
se localiza el núcleo básico de la biodiversidad antillana y la
fauna más rica de la Isla.
En el salón ilustrativo posan con impresionante realismo una
importante representación de mamíferos, aves, reptiles, anfibios,
insectos, moluscos, crustáceos y peces, muchos de ellos amenazados
de extinción, como la multicolor polymita, molusco cuya concha
resume extraordinaria belleza.
Sobresale la presencia de otras especies que corren también el
riesgo de "hacer mutis", como el catey y la cotorra cubana; y otras
destacadas por su singularidad, incluida la Ranita de Iberia que
-con sus casi 10 milímetros de longitud- es considerada el anfibio
más pequeño del hemisferio Norte del planeta.
Por su hermosura y colorido, atraen la atención del visitante el
tocororo, Ave Nacional cuyo plumaje reproduce los colores de la
bandera cubana; la cartacuba y el diminuto zunzún.
La Sala de Patrimonio Natural del Museo guantanamero se perfila
como referencia para el conocimiento del reino animal en la región,
y a ella han asistido, entre otros, estudiantes de todas las
enseñanzas y miembros de círculos de abuelos y del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Incrementar la cultura ambiental es uno de los propósitos de este
nuevo espacio expositivo, primero en la red de museos de la
provincia, que dedica su saber a las ciencias naturales, en especial
a la fauna endémica.