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Fuerzas del gobierno filipino enfrentaron a grupos armados leales al
principal implicado en la reciente matanza ocurrida en la sureña
provincia de Maguindanao, donde las autoridades declararon la ley
marcial por primera vez en 28 años.
Ha habido tiroteos entre esos grupos y la policía nacional
filipina. Los combates siguen actualmente, afirmó el ministro de
Interior Ronaldo Puno.
Según Puno, más de tres mil hombres armados del clan Ampatuan
operan en Maguindanao y representan una amenaza para la seguridad.
El jefe de la policía nacional, general Jesús Verzosa, señaló que
los choques comenzaron la víspera en el municipio de Datu Unsay.
Los policías- explicó Verzosa- fueron atacados mientras
patrullaban la zona en busca de armas ilegales.
Les dispararon y hubo un tiroteo. Al no poder dejar sus
posiciones, tuvieron que pedir refuerzos, agregó.
La familia Ampatuan es la principal sospechosa del asesinato el
23 de noviembre pasado de 57 personas, entre ellas políticos,
periodistas y abogados, partidarios de uno de sus rivales políticos.
Los militares a cargo de la investigación descubrieron los
cadáveres decapitados, mutilados o acribillados a balazos en fosas
comunes, asimismo, encontraron a mujeres con señales de haber sido
violadas.
Tras la detención de los cabecillas del clan, la presidenta
filipina, Gloria Macapagal Arroyo, declaró el sábado último la ley
marcial en la provincia para- según dijo- evitar una rebelión.
Andal Ampatuan, miembros de su familia, y otras 58 personas han
sido acusadas formalmente de haber planeado una revuelta contra el
Estado.
Andal Ampatuan Jr, uno de los hijos del gobernador, se entregó
poco antes a las autoridades de Manila, y fue acusado de 25
asesinatos.
La familia está aliada a la mandataria filipina y mantiene el
control de la región desde 2001.
El general Raymundo Ferrer, nombrado administrador de Maguindanao
bajo la ley marcial, subrayó que los Ampatuan pudieron mantener su
ejército privado porque el gobierno los utilizó en la lucha contra
los separatistas musulmanes.
El problema es que los milicianos escaparon al control del
gobierno. La familia los ha dirigido y los ha utilizado para
acciones delictivas, comentó.
El presidente del Senado, Juan Ponce Enrile, aseguró que el
parlamento debe decidir si se mantiene la aplicación de la ley
marcial en la región de cara a las elecciones presidenciales
previstas para mayo próximo.
La medida, que se puede extender hasta 60 días, permite al
gobierno detener a sospechosos y revisar viviendas sin una orden
judicial.
Es la primera vez en los últimos 30 años que se decreta la ley
marcial en territorio filipino. El 21 de septiembre de 1972 el
dictador Ferdinand Marcos impuso la medida y la mantuvo hasta 1981.