Fueron Cuba y Venezuela los iniciadores de la novedosa
experiencia. Para llegar a ella tuvieron que existir primero
procesos emancipadores que condujeran a ambas naciones por senderos
de soberanía y dignidad, llevados a cabo por la Revolución Cubana y
la Revolución Bolivariana.
En los 20 años más recientes, el neoliberalismo se apoderó de las
economías nacionales sin abordar los problemas sociales básicos de
la población, los estados fueron despojados —mediante la ola de
privatizaciones—, de toda fiscalización, control o propiedad sobre
los medios de producción y canales de distribución. En ese contexto,
se concibieron falsos procesos de integración, sin elementos
genuinos de cooperación y solidaridad, que no hacían sino enmascarar
los viejos objetivos de explotación y saqueo que ahora intentaban
mostrar un rostro aparentemente más amable.
De eso se trataba con el desprestigiado y derrotado Acuerdo de
Libre Comercio para las Américas (ALCA), que hubiera sido el regreso
de la anexión.
Al surgir el ALBA, como signo contrario frente a los propósitos
del ALCA, se hizo evidente que ese era el nuevo esquema de
integración verdadera, de nuevo tipo, justo y solidario, que
necesitaban los países de América Latina y del Caribe.
La práctica de un quinquenio de incesante trabajo, ideas fecundas
y proyectos audaces llevados a cabo con inteligencia, habilidad y un
sostenido espíritu internacionalista por parte de todas las naciones
y pueblos que hoy integran la Alianza Bolivariana, ha mostrado la
posibilidad de importantes realizaciones concretas. Junto a sus
países miembros, los beneficios del ALBA han llegado también a otros
estados latinoamericanos y caribeños.
Para lograrlo la Alianza se ha basado, desde su creación, en
inalterables principios rectores que orientan y determinan su acción
cotidiana en todos los aspectos, de tal forma que los criterios
fundamentales del ALBA y sus principios rectores han dado lugar al
concepto grannacional, que es aplicado a los proyectos y
programas de la Alianza y que tiene un fundamento histórico, al
apoyarse en la visión bolivariana de la unión de repúblicas
latinoamericanas y caribeñas. Recoge la definición conjunta de
grandes líneas de acción común, entre estados que comparten un mismo
concepto sobre el ejercicio de la soberanía nacional y regional
desplegando su propia identidad social y política, que permitan
enfrentar unidos retos y desafíos.
De ahí se derivan los proyectos y las empresas grannacionales que
materializan los programas sociales y económicos de integración.
Estos proyectos, en las áreas social y cultural, pueden ser
instrumentados a través de estructuras nacionales existentes ya en
cada país y pueden llevarse a cabo en dos o más países, incluso en
todos los miembros de la Alianza. En cuanto a las empresas, éstas se
inscriben en la nueva lógica de unión del ALBA, en su estrategia
integradora, y pueden asumir diversas formas de asociación siempre
que garanticen su eficiencia productiva, según consta en documentos
suscritos al efecto.
Sintetizar en pocas líneas los logros del ALBA, no resulta fácil.
Fue la "Operación Milagro", promovida por Cuba y Venezuela, la
primera de las grandes acciones de reivindicación social emprendida
conjuntamente, extendida luego a otros países para librar a esos
pueblos de las enfermedades visuales y que hoy suma millones de
beneficiados.
Le siguieron las grandes misiones educativas de Cuba en
Venezuela, junto a los educadores y maestros venezolanos, como las
misiones Robinson I y II, la Misión Sucre, la Misión Ribas y la
Misión Vuelvan Caras que dieron lugar a una revolución educacional
en la tierra del Libertador. Hoy, Venezuela, Bolivia y Nicaragua son
territorios libres de analfabetismo.
Simultáneamente, una esfera priorizada de atención ha sido la
Salud Pública, concretada en el programa Barrio Adentro y en
hospitales y centros de diagnóstico de Venezuela por parte de la
misión médica cubana, junto a los instructores de Barrio Adentro
deportivo y Barrio Adentro Cultural.
Mención especial merece la creación de las misiones médicas
cubanas dedicadas a realizar en países del ALBA la detección de
enfermedades genéticas y su localización aún en los lugares más
apartados e intrincados de su geografía. Ello se lleva a cabo
mediante las misiones Moto Méndez (Bolivia), Manuela Espejo
(Ecuador) y Todos con Voz (Nicaragua) habiéndose concluído similar
tarea en Venezuela.
La integración solidaria de los países del ALBA no se
circunscribe al ámbito asistencial, social económico o comercial
sino va mucho más allá e incluye también la importante esfera
cultural, el desarrollo de las más diversas formas de expresión del
arte y la literatura a través del Programa ALBA-Cultural, que
auspicia anualmente los Premios ALBA de Letras y Literatura.
La muy acreditada cadena televisiva multinacional Telesur se ha
convertido en punto de referencia para la opinión pública
latinoamericana y mundial, ganando cada vez más audiencia y
prestigio informativo y pronto se anuncia la salida al aire de Radio
Sur.
Al amparo del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), se han
aprobado diversos tratados y proyectos grannacionales en el área de
comercio justo, concretándose en empresas de este carácter como la
de suministros industriales, importaciones y exportaciones, tiendas
del ALBA, feria del ALBA y centros de formación para mejorar la
capacidad productiva, el diseño y la innovación tecnológica.
De gran importancia son los convenios establecidos dentro del
ALBA-Financiero, como el del Fondo de Cooperación e inversiones, el
Banco del ALBA y la emisión del Bono ALBA de hasta mil millones de
dólares. Por su parte, el Proyecto ALBA-Alimentación tiene
características estratégicas, pues consiste en alcanzar el
autoabastecimiento compartido y la garantía de la seguridad
alimentaria, e incluye un Banco de Alimentos y una empresa
grannacional de producción alimentaria.
En las áreas de Telecomunicaciones y Turismo se de-sarrollan
igualmente empeños conjuntos relativos a su expansión y se han
creado una empresa grannacional de Telecomunicaciones, un plan de
turismo social y la Universidad Turística del ALBA.
Otros proyectos de gran envergadura están estipulados en las
áreas de Minería, Industrias y Energía, con la creación de empresas
del aluminio, geológica-minera, del cemento y la madera. Respecto a
las industrias pesada y ligera hay convenios para la creación de
empresas de acero-inoxidable y de los llamados productos de "línea
blanca" en asociación con Bielorrusia, Irán y China.
El Tratado Energético del bloque contempla el establecimiento de
una empresa grannacional de energía que abarque las áreas de
petróleo y gas, refinación y petroquímica, transporte y
almacenamiento, electricidad, energía alternativa y transporte
marítimo.
En este sentido, se ejecutan actualmente cinco proyectos
correspondientes a Bolivia, dos en Nicaragua, dos en Cuba y tres en
Haití, que incluyen refinerías, plantas eléctricas, de
regasificación y de asfalto.
Volviendo al ámbito financiero es necesario hacer énfasis en la
constitución del Banco del ALBA, ente económico con sede en Caracas
y que tendrá sucursales en todos los países miembros, encargado de
financiar los proyectos, otorgar créditos y solucionar litigios de
índole económica.
Igualmente trascendente en el orden económico fue la creación del
SUCRE (Sistema Único de Compensación Regional), que en una primera
etapa actuará como moneda virtual, hasta tanto se convierta en una
moneda real dentro de la zona monetaria unida aprobada, así como el
establecimiento de una cámara de compensación de pagos y un fondo de
reservas creado con aportes de las naciones miembros.
La coyuntura de transformaciones y soberanía que comenzó a vivir
América Latina y el Caribe coadyuvó a la creación de estas
condiciones y propició que la Alianza Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América, que encarna y promueve los ideales de Bolívar y
Martí, sea un hecho tangible que indica la certeza de que es posible
trabajar en función de los pueblos a pesar de las dificultades que
impone un mundo donde el egoísmo y el individualismo son aún las
cartas del imperio para mantener su hegemonía.