La influencia de la contaminación de la atmósfera sobre la salud
del hombre resultó uno de los temas centrales de la segunda jornada
del V Congreso Cubano de Meteorología, el cual reúne en la capital a
especialistas de México, Estados Unidos, Brasil, España, Argentina,
Portugal, Perú, Colombia y Ecuador.
El doctor en Ciencias Físicas Eugenio Mojena, de la Sección de
Satélites del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología,
se refirió a las investigaciones que desde hace varios años tienen
lugar en nuestro país para determinar el posible vínculo entre la
presencia de nubes de polvo procedentes del desierto del Sahara y
las afecciones respiratorias, como el asma bronquial.
Indicó que ese polvo contiene numerosos microorganismos,
incluidos virus, bacterias, hongos, estafilococos y ácaros
patógenos, capaces de provocar enfermedades al ser humano, las
plantas y los animales.
Las citadas nubes emergen del continente africano y son
transportadas hacia el oeste por el flujo de los vientos alisios,
expandiéndose sobre el Atlántico y la región del Caribe.
En Cuba el máximo de frecuencia de días con polvo del desierto
ocurre de mayo a agosto, aunque los picos suelen presentarse en
junio y julio.
De acuerdo con los resultados de un estudio expuesto por la
Máster en Ciencias Almara Sánchez, del Centro Meteorológico de Pinar
del Río, durante los años 2007 y 2008 la mayor incidencia de casos
de asma en las áreas de salud del municipio cabecera de esa
provincia ocurrieron en el mes de julio y no en la etapa invernal,
lo cual arroja un indicio más de la potencial correlación entre el
polvo del Sahara y los problemas respiratorios.