.— La decisión del
gobierno estadounidense de reforzar las tropas en Afganistán con
otros 30 mil soldados genera aún hoy manifestaciones y actos de
repudio en varias ciudades del país.
Apertrechados con sombrillas para evitar una pertinaz lluvia y
pancartas críticas hacia la administración de Barack Obama, unas 100
personas amanecieron frente a un edificio federal de Detroit en
señal de protesta.
Yo acuso a Obama, gritaba un manifestante venido de la ciudad de
Southfield, quien culpaba a George W. Bush y al actual mandatario
por la presencia de las tropas norteamericanas en la nación
centroasiática.
Según el diario Detroit Free Press, los manifestantes criticaban
el abultado presupuesto militar aprobado por el actual gobierno e
instaban a la Casa Blanca y al Congreso a redireccionar los gastos
de la guerra a la solución de problemas internos.
Asimismo, grupos de activistas realizaron vigilias a lo largo de
Nueva Jersey y acompañados de carteles y megáfonos recorrieron las
calles de ciudades como Trenton, New Brunswick, Princeton, Atlantic
City, Teaneck, Hackettstown y Newton.
En Montana, la agrupación Buscadores de Paz de Bozeman, que
sábado tras sábado salía a las calles para protestar por la
presencia militar en Iraq durante la administración Bush, retomó su
misión después de retirarse con el triunfo de Obama.
Aunque el mandatario a menudo mencionó que la guerra en
Afganistán era necesaria, los activistas se sintieron engañados con
su anuncio y lo calificaron de afrenta a la promesa de cambio que lo
llevó a la Casa Blanca.