BRASILIA, 30 de noviembre (PL) — El vocero de la presidencia
Marcelo Baumbach reiteró hoy que no existe ninguna posibilidad de
que sea modificada la posición brasileña de desconocer los
resultados de los comicios efectuados este domingo en Honduras.
En conferencia de prensa sobre la visita del presidente Luiz
Inácio Lula da Silva a Ucrania y Alemania, entre el 1 y 4 de
diciembre venidero, Baumbach señaló que "el presidente Lula quería
que el presidente (de Honduras, José Manuel) Zelaya volviera, fuera
restituido antes de la realización de las elecciones y eso no
aconteció".
Las elecciones, sostuvo el vocero, fueron efectuadas por un
gobierno ilegítimo, sin las libertades que son necesarias para la
realización de un pleito de ese tipo, y por tanto -subrayó- Brasil
no reconocerá el resultado de los sufragios.
A su llegada ayer a Estoril, Portugal, para participar en la
décimo novena Cumbre Iberoamericana, Lula señaló a la prensa que
legitimar el proceso electoral hondureño puede abrir un grave
precedente en América Latina.
El mandatario brasileño sostuvo que "Brasil no tiene porque
repensar la cuestión de Honduras" y agregó la necesidad de mantener
firmeza en las posturas para que sirva de alerta para otros
aventureros.
"Todavía existen muchos países, sobre todo en América Central, en
situación de vulnerabilidad política. Por lo tanto, Brasil no tiene
que reconocer ni repensar la cuestión de Honduras", aseveró.
Constituye una señal peligrosa y delicada el hecho de que los
golpistas no hayan permitido que el presidente constitucional de
Honduras, José Manuel Zelaya, volviese al poder para coordinar el
proceso electoral, sentenció Lula.
Cada país tomará la decisión en función de su propia realidad,
algunos podrán mantener su postura inicial y otros no, pero
-aseguró- "Brasil mantendrá la posición porque no es posible que
aceptemos un golpe, sea militar, sea disfrazado de civil, como fue
el golpe de Honduras". El 28 de junio pasado un golpe de Estado no
sólo saco a Zelaya de la presidencia, sino hasta del país. El 21 de
septiembre último, el mandatario hondureño retorno a Tegucigalpa y
desde entonces está refugiado en la embajada de Brasil en la capital
de esa nación centroamericana.