CAMAGüEY. — Si
bien el año a punto de concluir significó un avance para esta
provincia en el programa de sustitución de importaciones, no
constituye un secreto que son muchas aún las reservas por explotar
para producir en casa buena parte de las mercancías y servicios que
hoy se adquieren en el exterior.
Recientes análisis al respecto arrojan luz sobre un asunto al que
las autoridades del territorio le ofrecen la primera prioridad, pero
que, por disímiles causas, no todos asumen con similar rigor y
responsabilidad, específicamente a la hora de desplegar un mayor
nivel de gestión en un campo que resulta estratégico para el país.
La provincia tiene inscritos 106 productos en el programa de
sustitución de importaciones, que hasta el cierre de octubre
significaron un aporte de más de 26 000 000 de pesos convertibles a
la economía nacional, a partir del cumplimiento de sus planes por
parte de los organismos implicados, excepto las entidades
subordinadas al Ministerio de la Industria Alimenticia.
Problemas técnicos en las líneas de producción, dificultades con
el abasto de agua, inestabilidad de las materias primas e
insuficiente gestión de venta, constituyen, entre otros, algunos de
los obstáculos que entorpecen la materialización de los compromisos
contraídos por ese sector para la entrega de surtidos destinados al
turismo y a la red de tiendas recaudadoras de divisas.
Precisamente en la producción de alimentos es donde la provincia
se juega las principales cartas, con énfasis en cuatro direcciones
fundamentales: la leche y sus derivados, la carne vacuna, el arroz y
los granos, cada uno de los cuales tiene definidas estrategias de
desarrollo en medio de la compleja coyuntura económica que atraviesa
el país.
Los niveles actuales de acopio diario confirman que Camagüey está
en condiciones de entregar este año 90 000 000 de litros de leche,
una cifra que, de concretarse, significaría alrededor de la cuarta
parte de la producción nacional y un sustancial aporte en el empeño
por reducir las importaciones de leche en polvo, hoy con precios
prohibitivos en el mercado internacional.
Algo similar ocurre con la carne vacuna, renglón que debe
incrementar los ritmos de crecimiento en un territorio que entrega
el 30% de lo que consume el país, sobre la base de una respuesta
productiva superior de las entidades agropecuarias y de un mejor
aprovechamiento de las capacidades instaladas en las plantas
procesadoras.
Son estos, apenas, dos ejemplos de la decisión camagüeyana de
enfrentar las adversidades desde el terreno de los hechos y las
realizaciones concretas, no exentas, por supuesto, de tropiezos y
valladares que interponen aquellos que todavía prefieren comprar
"afuera" o simplemente olvidan que la calidad constituye un primer
requisito para abrirse paso en el mundo de los negocios.