"Sabiendo de la posibilidad real de su muerte, Eulalio Negrín
quiso que sus restos fueran traídos a su lugar de nacimiento,
Sabanilla del Comendador, hoy Juan Gualberto Gómez, Matanzas, donde
descansan y constituyen un monumento a la lealtad a su pueblo y a la
tierra, que tanto amó y defendió".
Así expresó Margarita Alfonso Abraham, delegada del Instituto
Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en esa provincia, en el
acto político-cultural celebrado la víspera en esta capital en
homenaje a Eulalio Negrín, asesinado hace 30 años por grupos
terroristas de origen cubano de Miami.
Kenia Serrano Puig, presidenta del ICAP; y Gilberto Villa, de la
Casa de las Américas de Nueva York, en representación de los
emigrados de la Isla en Estados Unidos, encabezaron la ceremonia, en
la que Alfonso Abraham hizo un recuento de la vida y actitud del
luchador cubano, que en la emigración supo erguirse, tomar
conciencia, negarse a combatir en Vietnam y enfrentar el terrorismo
y el bloqueo contra la nación antillana.
Además de ser uno de los organizadores del diálogo de la
comunidad cubana en el exterior con las autoridades revolucionarias
e integró el Comité de los 75.
El crimen de Negrín, aún impune, fue ejecutado por el terrorista
Pedro Crispín Remón, socio de fechorías de Luis Posada Carriles y,
como él, libre ahora por las calles de Miami.