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La máxima autoridad de Naciones Unidas en materia de enfrentamiento
a los desastres naturales, Margareta Wahlstrom, destacó hoy a Cuba
como modelo a seguir para disminuir los peligros ante ese tipo de
calamidades.
Cuba y Bangladesh son ejemplos de países que han trabajado duro
para mitigar el impacto y las consecuencias de ciclones y huracanes,
afirmó la vicesecretaria general de la ONU para la reducción de
riesgos ante desastres.
Ese trabajo ha permitido aminorar las pérdidas de vidas humanas y
materiales provocadas por los fenómenos de la naturaleza, agregó la
también titular de la estrategia internacional de Naciones Unidas
para la reducción de desastres (ISDR, por sus siglas en inglés).
Recordó que las tragedias del huracán Katrina, en la costa sur de
Estados Unidos en 2005, y del terremoto de Kobe, en Japón en 1995,
confirman que hasta los países con alto desarrollo tienen mucho que
hacer todavía para fortalecer la seguridad de sus ciudadanos y
naciones.
En declaraciones al servicio de noticias de la ONU, la
especialista advirtió sobre los crecientes daños ocasionados por el
constante aumento de la frecuencia y severidad de los desastres
naturales, agravados por los efectos del cambio climático.
Se trata de eventos vinculados al clima, como tormentas, fuertes
lluvias, inundaciones, sequías y corrientes de calor que se reiteran
cada vez más seguido y con mayor inclemencia, explicó.
Al insistir acerca de los peligros del calentamiento global, la
experta sueca pronosticó la ocurrencia de más acontecimientos
severos del tiempo y más situaciones de sequías.
En ese sentido, resaltó la importancia de poner en práctica
metodologías de reducción de riesgo que ya son bien conocidas.
Con respecto a los hasta ahora inciertos resultados de la próxima
cumbre de Copenhague sobre cambio climático, Wahlstrom apuntó que
con o sin acuerdo legalmente vinculante, los líderes mundiales
tienen que brindar un fuerte respaldo a la colaboración necesaria
para continuar adelante en esa materia.