SANTIAGO DE CUBA.— El fomento de la masa mular es una de las opciones que permite a los campesinos y agricultores del municipio de Guamá garantizar el traslado de las mercancías en medio de las tensiones por las que atraviesa la economía nacional.

Guillermo Núñez, jefe de producción de la Empresa Forestal Integral del territorio, dijo que la incorporación anual de más de 100 mulos a las labores productivas es la alternativa que le ha permitido al municipio sortear el déficit de combustible.

En la actualidad Guamá dispone de más de 700 mulos que transportan el 80% de las viandas, el café y otras mercancías que producen o asigna el Estado a las familias campesinas radicadas en sitios inhóspitos de la serranía.

El programa de reproducción mular se reactivó hace una década, cuando era muy marcada la carencia de animales de trabajo en el principal macizo montañoso del país.

Ahora el territorio cuenta con 50 caballerías dedicadas a esta actividad; además de 300 yeguas, dos patios de sementales, 19 centros de reproducción y cerca de un centenar de burras y burros.

Las empresas estatales y el movimiento cooperativo utilizan las arrias de mulos, en lo fundamental, para el traslado de las producciones desde las zonas intrincadas hasta los centros de acopio y beneficio ubicados en el litoral.

Gracias a esta alternativa hoy se llega a macizos cafetaleros y otras zonas de frutales a los que les era imposible acceder, incluso con camiones de triple tracción. Paulatinamente crece también el número de propietarios que los emplean para arar la tierra.

Oscar Suárez, administrador de la UBPC El Ramón, única con la condición de Vanguardia Nacional en estos lomeríos, considera que en la montaña el mulo es imprescindible. Estos animales no son muy exigentes, un arria bien cuidada tiene una vida útil de 15 a 20 años.

Pero pese a la recuperación, no todo está resuelto; aún faltan 200 mulos para dar total cobertura, asegurar el remplazo y apoyar a quienes se incorporan a la entrega de tierras en usufructo.