.— El presidente
constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, anunció hoy su decisión
de impugnar las elecciones ilegales que se efectuarán el 29 de
noviembre bajo el régimen de facto.
Este proceso es ilegal, violenta los derechos del pueblo y
pretende encubrir a los autores materiales e intelectuales del golpe
de Estado, denunció el mandatario en un comunicado.
Zelaya fue secuestrado por un grupo de militares y desterrado a
Costa Rica el 28 de junio, cuando se iba a celebrar una encuesta en
torno a futuras reformas constitucionales.
Tres meses después logró regresar de manera sorpresiva al país y
desde entonces se encuentra en la embajada de Brasil, bajo un fuerte
cerco del ejército y la policía.
Sería una vergüenza histórica para Honduras y una infamia para
los pueblos celebrar elecciones con el presidente electo rodeado por
militares y un presidente de facto rodeado por los poderosos en el
Palacio, dijo Zelaya.
Advirtió que el presidente surgido de este proceso será un
gobernante débil, sometido a las elites, que podrán derrocarlo
cuando les estorbe.
En el comunicado, el gobernante constitucional recordó que los
comicios no gozan del respaldo internacional, especialmente de la
ONU y la OEA, y de manera oficial los países han desconocido el
proceso, excepto Estados Unidos.
Pese a no haberse revertido el cuartelazo, el subsecretario
norteamericano de Estado adjunto para el hemisferio occidental,
Craig Kelly, dijo que para su país las elecciones son una parte
importante de la solución para la paz hacia el futuro.
En un editorial publicado hoy el periódico Tiempo califica de
falacia el hecho de pretender retornar al orden institucional
mediante la celebración de comicios en estado de facto.
La desaparición de los poderes constituidos vuelve inexistente la
legitimidad de los procesos políticos, especialmente la de aquellos
relacionados con la continuidad del Estado de derecho, que no puede
conseguirse bajo un régimen de facto, advierte el diario.