Al clausurar el Congreso Biotecnología Habana 2009, que reunió
desde el lunes a unos 500 expertos de más de 30 naciones, incluidos
dos premios Nobel, contrastó esa gran afluencia de expertos con la
pobre asistencia de científicos norteamericanos, a muchos de los
cuales el país norteño impidió venir.
Los germanos Robert Huber y Harald zur Hausen, merecedores del
lauro internacional en las categorías de Química (1988) y Fisiología
y Medicina (2008), respectivamente, distinguieron la cita e
impartieron sendas conferencias magistrales.
Fernández destacó que la nación caribeña produce el 85% de los
fármacos que consume, lo cual ratifica la validez del programa de
desarrollo biotecnológico ideado por el líder de la Revolución,
Fidel Castro, al inicio de la pasada década de los 80.
Significó que la industria biotecnológica cubana produce ocho de
las 11 vacunas comprendidas en el programa nacional de inmunización.
Una de ellas permite, desde hace casi 10 años, que ningún menor
de cinco años en Cuba contraiga la Hepatitis B, además de disminuir
notablemente la incidencia de este mal, considerado un problema de
salud para la Humanidad.
Mencionó al Heberprot-P, medicamento para el tratamiento de
úlceras profundas en pacientes diabéticos con riesgo de amputación,
cuyo empleo se generaliza en el país y en Venezuela.
Otro de los resultados de la ciencia cubana que se revertirá en
más salud para el pueblo —agregó Fernández— es una vacuna
pentavalente líquida, producida por muy pocas compañías en el mundo,
renglón que está a punto de ser registrado por el país.
Los científicos cubanos desarrollan otros productos, como la
vacuna contra la Hepatitis C y varias terapéuticas que combaten el
cáncer, expresó.
También asistieron a la clausura del Congreso, José Ramón
Balaguer, miembro del
Buró Político del Partido y ministro de Salud Pública, Ismael
Clark, presidente de la Academia de Ciencia, entre otros dirigentes
y personalidades.